El problema de obesidad en los niños es un tema que cada día preocupa más a nutricionistas y médico pediatras en general ya que se ha comprobado que comparando un niño de peso normal con uno obeso, este último multiplica cuatro veces su riesgo de convertirse en un adulto obeso.
Con la intención de prevenir la obesidad infantil y sus consecuencias negativas sobre la salud del niño se recomienda a los padres que ofrezcan a sus hijos un entorno que los anime a la adopción de determinados hábitos de vida sanos, siendo el ejemplo de los adultos indispensable y determinante.
Se hace necesario entonces, favorecer las buenas costumbres alimenticias en el niño ajustando en lo posible su consumo de calorías a través de una dieta equilibrada y saludable.
No es preciso sin embargo, obsesionarse con la suma de calorías en todo momento sino diseñar menús que sean atractivos para el niño y saludables sin aportar calorías en exceso.
También, es necesario que el niño aprenda a elegir los mejores alimentos para su figura y su salud, como una forma de fomentar sus buenas costumbres alimenticias. Toda esta tarea llevará su tiempo ya que cambiar los hábitos alimenticios no es algo que pueda hacerse de un día para el otro.
El desayuno es una de las comidas más importantes del día y es interesante que el niño comprenda esto. Los padres le ofrecerán entre otras cosas cereales, lácteos y frutas, además de pan integral y alguna infusión, sin el agregado de productos con demasiado contenido de azúcar.
Tener en casa alimentos sanos y también nutritivos como frutas frescas, queso, yogur, cereales y hortalizas variadas, evitando aquellos alimentos que son una tentación para cualquier niño y que tienen un alto contenido de azúcar y grasas poco saludables.
Cada comida debe estar compuesta por todos los grupos de alimentos recomendados por la Pirámide Nutricional siendo así recetas saludables, que además deberán ser visualmente atractivas para el niño, teniendo siempre a mano tentempiés saludables para esos momentos en que el niño tiene apetito durante el día e inclusive pueden prepararse algunos para el lleve en su bolsa de almuerzo.
Limitar también la compra de aquellos alimentos que son ricos en grasas y azúcares, encontrando además refrescos o zumos bajas calorías que sustituyan las bebidas gaseosas que aportan muchas calorías.
A la hora de la comida debe evitarse que el niño se encuentre viendo televisión o con los videojuegos ya que esto lo distrae y no disfruta de los alimentos que está ingiriendo, además de comer de más ya que no tiene noción del acto de comer por la distracción que le causan otras tareas que tienen mayor atractivo.
La actividad física es fundamental y por ello debe animarse al niño a realizar algún deporte o ejercicio físico e inclusive planificar actividades para realizar en familia los fines de semana, algo que incentiva a los pequeños de edad temprana a tomar como algo natural este hábito tan saludable.
Salidas a lugares como el cine, un paseo por el parque o un día de visita al zoológico antes que una visita a un restaurante de comida rápida.
Será necesario tener una buena cantidad de recetas de comida sana y en lo posible de bajas calorías ya que para los niños es importante la variedad y también el aspecto apetecible de los platos.
Foto Vía: PressTV