Ya hace bastante tiempo que se viene desaconsejado dar una dieta astringente o dieta blanda a los niños cuando padecen gastroenteritis ya que dichas dietas retrasan la curación y logran empeorar el estado del niño.
Virus digestivos
Cuando la escuelas abren sus puertas cada año para los pequeños, también entran junto a ellos los virus, provocando resfriados y por supuesto gastroenteritis que viene acompañada de vómitos o diarreas o de ambas cosas.
Estos virus digestivos se transmiten con las manos así que es importante lavárselas muy bien así como usar guantes de usar y tirar cada vez que se le cambia el pañal al niño, sabiendo que los guantes no son para protegerse a uno mismo, sino para proteger al pequeño y ponerle el próximo pañal con las manos bien limpias y sin resto de residuos del anterior pañal, de esta manera se corta la contaminación.
Comida normal
Un niño con gastroenteritis necesita más atención que un niño que esté sano, por lo que es recomendable que en el cole le manden para casa y que no vuelva hasta que su aparato digestivo se encuentre perfectamente.
Aunque lo más probable es que todo el mundo diga que en esta situación lo más recomendable es que el niño tome una dieta blanda, lo cierto es que si encima de estar perdiendo por arriba y por abajo con los vómitos y las diarreas, no se le da bien de comer, la debilidad será tremenda. Y es que la dieta de los niños pequeños ya de por sí es bastante blanda como para no cambiarla cuando les aparece un virus digestivo.
Lo que está claro que al niño le podría sentar mal un exceso de grasas, los fritos, el alcohol y el tabaco, cosas que los adultos sí deben restringir en caso de padecer una gastroenteritis, pero los niños, al no encontrarse en su dieta nada de esto, no deben cambiarla. Lógicamente si se le dan para merendar una gran cantidad de ciruelas, por ejemplo, lo más seguro es que empeore, pero lo que es cierto que no hay porque quitarle su leche, el pecho de su madre o su comida favorita, aunque hay que tener en cuenta que al estar malito tomará cantidades más pequeñas y solamente de las cosas que más les gusten.
Hay que dar prioridad a los líquidos, incluida la leche. Si no quiere ingerir alimentos sólidos que al menos beba para reponer sus pérdidas. Mientras beba y no vomite y sus cacas no sean excesivas, vale cualquier líquido: un zumo casero, leche, caldo, agua, etc.; pero si no quiere beber y sus pérdidas son grandes, será necesario darle suero de rehidratación oral, pero nada de bebidas isotónicas que lo único que pueden hacer es complicar su diarrea. Estos sueros se venden en las farmacias con varios sabores, así como en gelatinas, algo que les suele gustar mucho a los niños.
Si el pequeño siente un gran malestar y tiene picos con fiebre alta, si se encuentra extremadamente decaído y con la piel seca, si sangra al vomitar o al hacer caca y si tiene ausencia de saliva o de lágrimas, hay que consulta inmediatamente al pediatra. En caso de orinar poco, algo que es normal en este caso, si tiene cacas blandas o si tiene 38º de fiebre, no es necesaria acudir inmediatamente al médico, ya que es algo habitual si se tiene gastroenteritis, aunque sí que hay que vigilarle para que no vaya a más.
Normalmente los niños se curan sin seguir un tratamiento, solamente hay que estar muy pendientes para que no se deshidraten y para ello hay que ofrecerles comida normal y muchos líquidos, eso sí, la diarrea puede llegar a durarles hasta quince días o un poco más, por lo que hay que tener mucha paciencia.