La típica fruta del verano tan dulce, fresca y aromática constituye una gran fiesta de sabores y de colores que llegan a seducir a los paladares de los más pequeños de la casa además de ser un tesoro para su salud. 
Fresas y arándanos
Las fresas, los melones, las cerezas, los melocotones, todas ellas son frutas que se consumen principalmente en la época estival y que además de quitar la sed, son una gran fuente de sales minerales que son eliminadas de una manera natural a través del sudor sobre todo durante esta época. Además contienen azúcar que proporciona energía y que tonifican, sin olvidar la gran cantidad de vitaminas que contienen y de factores realmente protectores para el organismo.
Estas frutas gustan mucho a los más pequeños de la casa por sus colores alegres y por su sabor dulce, incluso a aquellos que no tienen una especial afinidad con este alimento.
Por ejemplo las fresas es una fruta que contiene una gran cantidad de vitamina C, incluso más que las naranjas y que además cuenta entre sus ingredientes con una sustancia conocida como ácido elágico que previene la aparición de tumores así como una importante actividad antivírica y antibacteriana. Esta fruta se encuentra fresca durante una gran parte del verano y a la hora de comprarlas es importante que estén bien carnosas y de un color uniforme brillante y rojo, sin ningún tipo de moho ni de manchas y con el cáliz bien verde.
El arándano es un excelente elixir para la circulación y para la vista. Esta fruta de color oscuro por los pigmentos que contiene y que son conocidos como antocianinas, logra desarrollar una acción muy positiva en el organismo ya que mejora la sensibilidad de nuestra retina y la de los niños. Pueden consumirse en verano frescos aunque también pueden ser ingeridos en zumos que además de resultar muy refrescantes y apetitosos, cuentan con las mismas características de la fruta fresca.
La sandía y el melón
Con un 95% de contenido en agua, la sandía resulta ser una de las frutas más refrescantes de la temporada estival y aunque cuenta con un excelente sabor dulce, apenas contiene azúcar. Cuenta con una gran cantidad de citrulina, aminoácido muy útil en la división de las células, en la eliminación de amonio del cuerpo y en la cicatrización de cualquier herida.
El melón tiene un gran contenido en potasio, incluso más que el plátano lo que le convierte en un remineralizador y tonificante muscular estupendo, siendo también rico en las vitaminas A, B y C, resultando un magnífico alimento también para las personas mayores.
Son muchas las variedades del melón siendo las mejores las que cuentan con carne amarilla que es la más difundida durante el verano, como es el melón galo que es bastante más dulce y cuenta con mayores vitaminas que el melón de carne blanca.
Ofrece igualmente adenosina que es un compuesto que ayuda a mantener la sangre fluida.
