El sueño tiene sus propias fases y en los niños durante dichas fases ocurren muchas cosas. Si se observa cómo se desarrolla el sueño en los bebés y sus fases, se encuentra información muy interesante. Descúbrelo a continuación.
Dormir profunda o ligeramente
Existen dos tipos de fases iniciales de sueño: el sueño profundo o no REM y el sueño ligero o REM. El nombre científico significa “rapid eye movement” y se refiere a que los ojos en esta fase se mueven muy rápidamente detrás de los párpados ya cerrados. En español se le conoce como MOR, movimientos oculares rápidos.
Tanto los niños como los adultos al dormirnos caemos en un sueño profundo. Al cabo de dos o tres horas, aparece la fase REM del sueño y a partir de ahí, estas fases se van a ir intercambiando durante cinco o seis veces a lo largo de la noche. Cuando una persona adulta se despierta ya ha pasado una cuarta parte del tiempo en sueño REM, otra parte del sueño en fase no REM y la mitad del tiempo en zonas con despertares incompletos.
En cambio en los niños más pequeños las etapas del sueño profundo no resultan tan sencillas de distingue y su diferenciación se logrará con la maduración progresiva de su sistema nervioso central. A lo largo de este desarrollo, por regla general los primeros sueños van disminuyendo y los segundos van aumentando.
Los tres primeros meses de vida de un bebé
Los recién nacidos resultan una excepción. Y es que a diferencia de los adultos y de los niños pequeños, durante los tres primeros meses de vida, los bebés van alternando las fases de su sueño. Primero caen en un sueño muy liviano. Es por ello que se despiertan de una manera muy fácil y con cierta frecuencia, después de dormirse. El porcentaje de las fases del sueño REM en un bebé recién nacido es de un 50% mayor que en adultos o en niños más mayores. A los tres años esta fase REM es un tercio del sueño y en las personas adultas, de una cuarta parte.
Como ya sabemos, parte del crecimiento corporal y de la maduración del cerebro de los niños, tiene lugar mientras están durmiendo, por ello es evidente que las fases del sueño resultan muy importantes para su aprendizaje y para el desarrollo de su memoria. Por ello es que los bebés necesitan dormir el doble que una persona mayor. También es muy importante para el desarrollo de su sistema inmunológico.
Hasta los seis meses de vida
A partir de su tercer mes de vida, el bebé caerá primero en un sueño profundo, pero que aún no está organizado en las cuatro fases. Pero a partir del sexto mes de vida, su patrón de sueño ya se encuentra totalmente desarrollado y es muy parecido al de los adultos.