La estimulación en un bebé es aconsejable cuando se requiere que descubrir sus capacidades y las refuerce de a pocos, pero lo que no es favorable, es sobre estimular a un pequeño, que aún se adapta al mundo, que esta identificando lo que lo rodea y cuyos padres están saturando de información y actividades, transformándolos es niños hiperactivos y con déficit de atención. Es verdad que un pequeño debe ser estimulado desde que nace para que puedan ir desarrollando aptitudes y capacidades mientras va superando etapas, pero hay padres que se exceden en estas estimulaciones y no saben que pueden estar criando a un niño que cuando esté creciendo, presente problemas de atención e hiperactividad.
De acuerdo a las investigaciones, el hecho de que un bebe tenga estimulación temprana, puede ayudar a mejorar sus capacidades cognitivas, su nivel de aprendizaje y hasta el desarrollo motriz. Pero con el paso del tiempo, la tendencia tecnológica y el auge de la creencia en todo lo que se dice por ahí, muchos padres han caído en el error de sobre estimular a sus pequeños, entonces los someten no a una o dos actividades, sino a todo lo que vean nuevo y que consideren que pueden ayudar con las capacidades de su bebé. Cuando un bebé está expuesto a excesos de estimulación, es común que en una edad entre los 4 y 8 años, se vean los resultados de tanto trabajo mental y motor. Así se verán niños muy enérgicos, hiperactivos, no se quedan quietos, no reciben órdenes y quieren hacer lo que quieren. Para empeorar la situación, son niños que tienen déficit de atención, lo que les generará problemas en su vida escolar y hasta laboral, cuando crezcan.
Los padres deben entender que un bebé tiene su propio nivel de desarrollo y no pueden pretender que un menor de 3 meses, haga cosas que hacen un bebé de 8 meses. Lo primero que deben hacer es asesorarse de un pediatra y conocer cuáles son las actividades que están permitidas y las que no, los elementos y apoyos que pueden usar para motivarlo y los que aun no están adecuados para la edad. El hecho de que practiquen muchas actividades desde los primeros meses, no garantiza que sean más o menos inteligentes, que tengan un coeficiente más alto o que lleguen a ser niños genios, por eso no hay que exagerar.
A partir de lo que logren cada pequeño toma confianza en sí mismo y logra alcanzar un nuevo escalón en su escalera de aprendizaje, pero deben hacerlo paso a paso y no cada dos o tres escalones, porque pierden etapas y niveles esenciales para su crecimiento. Lo esencial que hace un niño entre los 6 y 12 meses, es aprender a jugar, a identificar el mundo que lo rodea, a desarrollar con cosas simples su mente y sus movimientos, pero deben distribuirse las actividades a lo largo del día y no establecer un horario para cada actividad, como si estuviera en un colegio.