El cuerpo humano está compuesto entre un 50% y un 80% de agua, por lo que es un nutriente esencial para el organismo, especialmente para los más pequeños. Cuando se bebe de una manera correcto y se tiene la cantidad de líquidos apropiados, es cuando se consigue un rendimiento adecuado. Aunque no todas las bebidas resultan igual de saludables. Aprende cómo seleccionar la bebida más saludable para tus hijos y cuánto líquido deben beber aproximadamente.
Cantidad recomendable
Una persona adulta necesita tomar unos 35 ml. de liquido por cada kilo de su masa corporal para satisfacer las necesidades diarias vitales. Con una dieta que sea rica en verduras y en frutas se llega a cubrir casi la mitad de esta cantidad. El resto debe complementarse ingiriendo líquidos.
Los niños necesitan tomar mayor proporción de líquidos puesto que sus cuerpos están compuestos de agua en mayor cantidad. Cuanto más joven es una persona, mayor será su contenido en agua y por consiguiente, mayor su necesidad de una ingesta de líquidos.
Entre los dos y tres años de edad se recomienda ingerir 700 ml., de cuatro a seis años 800 ml., de siete a nueve 900 ml, de 10 a 12 años de edad 1000 ml y de trece a catorce unos 1.300 ml.
Cuando un niño tiene sed es porque el organismo está desequilibrado y necesita la ingestión de líquidos. Una falta de éstos puede ocasionar falta de concentración, mareos y dolor de cabeza. Para evitar estos problemas se aconseja toar pequeñas cantidades de agua a lo largo de todo el día.
Agua para los niños
La bebida más adecuada para un niño es el agua. Si le acostumbras a tomarla desde el principio, lo llegarán a aceptar con normalidad y se convertirá en un hábito muy saludable para ellos.
Hay que vigilar las bebidas existentes para niños a base de agua que pueden encontrarse en los supermercados, ya que contienen por lo general una gran cantidad de azúcares. Si quieres dar un toque especial al agua que tomen tus hijos puedes añadir una rodaja de naranja o de limón al vaso de agua, seguro que les va a encantar.
Zumos de frutas
Los zumos de fruta puros contienen muchos minerales y vitaminas pero también un 10% de fructosa, por lo que son bastante calóricos. Por eso no se deben consumir de una manera habitual para calmar la sed de los pequeños. Son adecuados durante la práctica de deportes ya que ayudan a recuperar la energía y a reponer líquidos, aunque es conveniente que se diluyan con la doble cantidad de agua antes de dárselo a los niños.
Bebidas a evitar
Bebidas que contengan cafeína como la cola, té o café no son recomendables. La cafeína consigue estimular el metabolismo y la circulación pero bloquea una sustancia química que ayuda en la regulación del sueño. Por eso la cafeína provoca inquietud y nerviosismo, algo que no aporta nada positivo al organismo, especialmente al de los niños.
La leche tampoco resulta una alternativa buena para calmar la sed puesto que a pesar de contener elementos esenciales para el desarrollo de tus hijos, es una importante fuente de energía y debe considerarse, como tal, más un alimento que una bebida. Las bebidas que contienen cacao contienen azúcar por lo que aportan una dosis todavía más alta de calorías. Es mejor consumirlas ocasionalmente.