Los dientes de los niños deben cuidarse desde que nace la primera pieza, pues es desde allí donde se reflejara el cuidado y la salud bucal en los dientes definitivos. La dentadura de un niño debe ser cuidada desde que aparece el primer diente, y sin importar si vienen o no derechos, hay que prevenir la aparición de caries, limpiar correctamente el sarro, y si hay alguna deformación en el rostro del bebé o el niño, si acudir a un odontólogo u ortodoncista. Lo que daña los dientes de los pequeños son generalmente las caries y radica en la irresponsabilidad de los padres de no enseñarles como deben bañarse la boca, dientes y lengua y cada cuento deben hacerlo.
Pero no solo es eso, pues a los niños no les gustan las cosas rutinarias como estas, pero es necesario que se les exija, pues finalmente es un beneficio para él. Es tan grave esta enfermedad que es la que más padecen los pequeños en ciertos países y lo peor es que se transforma en algo crónico, que les hace perder las piezas dentales y hasta pudrir los dientes, cuando ya tienen los dientes definitivos. En realidad, la falta de hábito, se debe más a lo que hacen los padres, y obviamente si los niños no ven que ellos lo hacen, pues tampoco querrán hacerlo, pues no le ven importancia alguna.
– Lo primero que hay que hacer es prestarle atención a los dientes de leche, pues derivado de ellos vendrá la salud de los definitivos, por eso esta errado el pensamiento de decir que no les cuidan los dientes a los niños hasta los 7 años, cuando se les caigan las primeras mudas de dientes. Cuando sale el primero diente, no se usa cepillo para limpiar estas primeras piezas, basta con un algodón y un poco de agua para poder erradicar el sarro que empiecen a acumular.
– La encía también es importante de limpiar, pues si no se le realiza una limpieza periódica, cuando a los niños les nazcan las muelas, estas piezas saldrán inmediatamente dañadas. Además que los padres deben tener en cuenta que las muelas son las piezas que más soportan el paso del tiempo y pueden durar perfectamente hasta los 13 o 14 años en la boca de sus hijos, y nada más desagradable que ver la boca de un pequeño que empieza a vivir, como si tuviera 50 años y hubiera fumado, bebido y jamás lavado su boca.
– Hay que aprender a no compartir utensilios dentales, el niño debe tener por aparte su cepillo y todo lo que necesite, tampoco hay que tomar de su tetero o jugar con su chupo, pues son objetos netamente personales, soplar la comida tampoco es bueno, pues inconscientemente se están depositando gérmenes y por último, aunque a todos los papás les encante esto, no hay que besar al niño en la boca y menos cuando los hábitos de higiene de los adultos son deficientes o nulos.
– Siempre debe haber un control regular al odontólogo quien evaluara si está bien, si necesita tratamiento y como se adelanta este proceso.