Los hijos es la debilidad más grande que tienen los padres, muchas veces hay que dejarlos que vivan sus experiencias, para que así tomen la fuerza necesaria para enfrentar la vida. La adolescencia está llena de oportunidades para el éxito y el fracaso; para ello los adolescentes necesitan la experiencia de ambos.
Tu hijo puede pasar por alto el tiro de desempate en un partido de hockey, tu hija puede ser la única chica que no inviten a una fiesta de la escuela, tu hijo puede hacer sonar su oportunidad de una beca universitaria y cada adolescente es probable que sienta el rechazo de su primera ruptura; para estas situaciones como padre puedes crear un lugar blando en el que ellos puedan caer y no salgan lastimados, privando así a tu hijo de malas experiencias, protegiéndolos de los retos y de las consecuencias naturales de sus acciones, que pueden causar toda una vida de penurias.
Los padres sobreprotectores no les gusta ver a sus hijos heridos y al instante entran en el modo de crear una barrera para que nada ni nadie los toque, en vez de dejar que experimenten las consecuencias de sus decisiones, los padres intervienen para defender al niño y aliviar cualquier incomodidad que pueda sentir.
Hay una línea muy fina entre la paternidad responsable y la sobreprotección de los padres. Nadie le diría a un padre que no a sus hijos. La participación de los padres es esencial para la salud emocional del niño, el desarrollo social y académico; pero cuando el amor y la preocupación se manifiestan en los siguientes comportamientos, puede haber sobrepasado sus límites:
– La voluntad de hacer cualquier cosa para ver a su hijo a tener éxito.
– Intervenir de inmediato cuando el niño está en peligro.
– Esforzarse para que el niño esté feliz todo el tiempo.
– La necesidad de ser querido o considerar al niño como un amigo, en vez de su hijo.
– Ceder a todos los caprichos.
– Culpar a otros por los problemas de su hijo.
– Minimizar o justificar los comportamientos de su hijo
– Hacer reclamos a los maestros, consejeros, amigos, entrenadores y otros porque el niño no puede o no quiere resolver sus propios problemas
– La participación en todos los aspectos de la vida de tu hijo, incluyendo académicos, citas y amigos
– El uso de teléfonos celulares, correo electrónico y mensajería instantánea para estar en contacto constante.
– Hacer cualquier cosa para asegurarse de que su hijo no experimenta dificultades, la tristeza, la decepción, la ira u otras emociones difíciles.
En la mayoría de los casos, la motivación de los padres sobreprotectores es proteger a sus hijos de todo daño, pero también puede estar motivado por otras intenciones menos admirables, por ejemplo, los padres pueden estar parcialmente motivados por el deseo de quedar bien delante de otros padres de familia.
Otro ejemplo es que un padre puede intervenir en la escuela y hacer la tarea de su hijo para que pueda ir a la mejor universidad, aunque su objetivo principal puede ser la de proporcionar el mejor futuro posible para su hijo, existe la posibilidad de actúe por el deseo de parecerse a un buen padre.
Algunos también son impulsados por un deseo de sentirse bien y colindan con ellos mismos. Los padres pueden ver la felicidad de su familia como una medida de su propio éxito. A pesar de que quieren que sus familias sean felices por el bien de cada miembro, que también protegen a sus hijos adolescentes porque han perdido su propia identidad, aparte de la su hijo.
Algunos consejos
Los padres sobreprotectores tienden a producir niños que son la confianza de miedo, ansiedad y falta en sus propias capacidades. A pesar de que los padres, sin duda actúan por amor, sus acciones se basan a menudo en sus propias preocupaciones, temores y sentimientos, no necesariamente lo es en el mejor interés del niño. Si los adolescentes no se les da la oportunidad de enfrentar y superar los desafíos, nunca se enteran de que son capaces de hacerlo.
Aquí están algunas maneras que debes dejar ir como padre, para ayudar a convertirse a tus hijos de niños a adolescentes y de adolescentes a adultos:
1. Confía en ti mismo, has pasado muchos años enseñando a tu hijo lecciones importantes y la preparación para su vida adulta.
2. Toma un tiempo de espera, antes de intervenir para solucionar un problema de tu hijo, deja que las cosas fluyan y observa como él se defiende.
3. Enséñale a tu hijo la Autodefensa.