La solidaridad es un valor tan amplio que en ocasiones puede llegar a resultar inabarcable pero que se puede y por ende se debe fomentar a todas las personas desde su más tierna infancia, para que aprendan esta lección tan importante y la puedan llevar a cabo durante toda su vida.
Primera lección
Seguramente que muchas veces cuando hemos llegado cansadas a casa nuestro hijo nos ha dado un abrazo que nos ha resultado de lo más reparador y nos ha llegado a dar el ánimo que necesitabámos. Y es que los niños son seres por naturaleza empáticos que han ido adquiriendo esta capacidad tan valiosa sin ni siquiera darse cuenta, siendo ésta el pilar fundamental en el que se apoya la solidaridad. Cuando no se es capaz de ponerse en la piel de otra persona, resulta imposible ser solidario.
Es cierto que en la guardería y en el colegio es donde los pequeños comienzan a desarrollar su solidaridad al compartir el material en las clases o los juguetes en el recreo por ejemplo, pero es en su hogar donde es necesario hacer más hincapié, siendo los padres el principal y primer ejemplo que tienen que seguir. Si no se les deja compartir sus juguetes nuevos con otros niños por miedo a que los rompan, conseguiremos que el egoísmo haga aparición en su pequeñito corazón, por eso es muy importante enseñarles a compartir desde su infancia aunque ello suponga que las cosas se rompan o se estropeen.
Gestos de solidaridad
Aunque a los niños se les haga difícil entender la realidad del mundo en el que viven, no quiere decir por eso que tengan que permanecer ajenos a ella. Se puede comenzar comentando con él las noticias que se ven en la televisión o se leen en los periódicos y hablar con ellos para proponerles diferentes soluciones a los problemas. De esta manera se irán concienciando desde bien pequeños de que es necesario ayudar a quien lo necesita.
En las parroquias e incluso en la escuela de nuestros hijos, es muy común hacer campañas solidarias como recogida de juguetes, de ropa o de libros. Sería extremadamente bueno que fuese el mismo niño quien pudiese elegir las prendas o los juguetes que le gustaría donar. Incluso con su propia paga puedes ayudarle a comprar algún paquete de lentejas, de arroz o de pasta para la famosa “operación kilo” que se organiza con bastante regularidad para ayudar a los más necesitados.
Otra cosa que se puede hacer junto a los niños, especialmente durante la época de Navidad, es animarle a que escriba su carta a los Reyes Magos o incluso que envíe sus tarjetas de cumpleaños, comprando algunas de las que venden las diferentes ONG´s y cuyos beneficios van destinados a ayudar a otras personas.
Pero no sólo en Navidad es cuando se debe concienciar a los niños para ayudar a los demás. Es necesario que su actitud solidaria continúe a lo largo de todo el año, felicitándoles cada vez que realicen un buen gesto y diciéndoles lo orgullosos que estamos de ellos, para que aunque se hagan mayores, sean capaces de compartir todo lo que tienen con quien más lo necesitan.