Comenzar la escuela es para el niño el ingreso a nuevo mundo que lo llevará a estar en contacto con otros niños y adultos durante varias horas del día. Esta situación tan beneficiosa para su interrelación personal también puede traerle algunos problemas de salud frente a los virus que son más frecuentes en los centros escolares.
Se ha comprobado que los niños que comienzan a asistir a la guardería tienen más posibilidades de contraer infecciones que aquellos que quedan en sus casas
Las enfermedades más comunes en invierno son los resfriados, gripes y también la gastroenteritis que se transmiten por las partículas de saliva que se sueltan al hablar, siendo siempre de persona a persona, y por ello, en lugares cerrados como puede ser la sala de estudio en la escuela es normal que los pequeños se contagien con facilidad.
Una alimentación adecuada es básica para el buen funcionamiento del sistema inmunitario del niño. Alimentos sanos y nutritivos le aseguran al organismo una mayor fortaleza para enfrentar las agresiones externas.
Los niños pequeños deben hacer como mínimo cinco comidas diarias, comenzando el día con un nutritivo desayuno Verduras, frutas, legumbres, lácteos, pescado y carnes blancas formarán parte de la dieta evitando las frituras, grasas y bollería.
Existen además ciertos alimentos que son excelentes para prevenir resfriados y mejoran el sistema inmune del niño, entre ellos los cítricos que son ricos en vitamina C, la miel y la jalea real, cebolla y limón que son los denominados antibióticos naturales.
En la actualidad existen afortunadamente las vacunas que sirven para prevenir enfermedades que en el pasado eran graves y hasta mortales, por ello la importancia de mantener al día el calendario de vacunación del niño.
El no vacunar al niño lo lleva a correr riesgos de contraer la enfermedad y poner en riesgo su salud y su vida, El buen descanso del niño es también esencial para recuperar fuerzas, mejorando además el aprendizaje y ayudando a elevar el sistema inmune. Así, un niño de hasta cuatro años debe dormir unas once horas y por lo menos una de ellas debe ser siesta.
La higiene otro punto importante y que también está ligada a la prevención, por ello los niños deben ser educados con las reglas básicas de higiene. Utilizar toallas de papel para secarse las manos y lavar éstas antes de cada comida, secándolas de forma apropiada para eliminar posibles bacterias.
Pasar algo de tiempo diariamente al aire libre y en lo posible hacer que el niño practique algún deporte o ejercicio físico.
Tanto en la escuela como en casa educarlo para que utilice siempre pañuelos descartables una forma de evitar que los virus se dispersen y contagien a otros niños.
Por último un recordatorio para los padres es no enviar a la escuela al niño cuando está enfermo o tiene fiebre ya que se evitará el contagio a otros niños.
Foto Vía:Babycaredaily