Desde el momento del nacimiento hasta los 12 o 13 años de edad, los testículos masculinos no muestran apenas variaciones de tamaño, pues el aumento hasta alcanzar las proporciones adultas se realizan durante los 5 o 6 años posteriores.
Hormonas masculinas
En los testículos existen unas células conocidas con el nombre de Elidid, que están presentes durante los seis primeros meses después del nacimiento para desaparecer y volver a aparecer entre los 11 los 13 años de edad. Estas células son las encargadas de producir la secreción de la hormona masculina, es decir, de la testosterona. También existen otros tipos de células que reciben el nombre de Sertoli, que van sufriendo una progresiva y gradual diferenciación hasta establecer la formación de espermatozoides, normalmente a los 15 años. Alrededor de la época del inicio de la pubertad, la hipófisis empieza a segregar la hormona luteinizante que estimula el crecimiento de los testículos y que debido a ello, empiezan a desarrollarse de una forma marcada y a sufrir cambios en su estructura.
Bajo la influencia de los andrógenos ya secretados, la piel del escroto se vasculariza y se pigmenta, mostrando un punteado parecido a la “piel de cerdo”, plegándose más tarde y arrugándose debido al desarrollo muscular. El tronco del pene se alarga y ensancha, el glande se desarrolla hasta que en algunos casos emerge completamente del prepucio y queda colgante. El pene es capaz de erección desde el mismo momento de su nacimiento, pero no es hasta la pubertad cuando empieza a tener erecciones con facilidad, ya sea de una manera espontánea o ante cualquier tipo de estimulación sexual. Es en este momento es cuando empiezan las masturbaciones y poluciones nocturnas, es decir, eyaculaciones durante el sueño. La bolsa que contiene los testículos se alarga y el aumento de la vascularización y de la circunferencia del pene se hace al principio más evidente que su crecimiento en longitud.
Desarrollo masculino
A la vez existe un aumento de la aparición de un fino vello recto junto a la base del pene y que se va extendiendo poco a poco por el pubis, pero que hasta la edad adulta puede no extenderse por el abdomen para formar un triángulo. El vello axilar suele aparecer uno o dos años más tarde que el pubiano. Hacia los 15 años aparece un vello visible sobre el labio superior, pero incluso a los 17, la mitad de los adolescentes chicos no han necesitado afeitarse o sólo lo necesitan hacerlo una o dos veces por semana. Una barba espesa y fuerte al igual que el vello en el pecho, aparecen a menudo después de los 20 años.
El proceso en que la voz se vuelve más grave, debido al crecimiento de la laringe, puede aparecer de una manera gradual o hacerlo en algunos casos de manera relativamente abrupta. En cualquier caso existen muchas diferencias constitucionales en la capacidad de respuesta de los órganos a la misma cantidad de hormonas, por lo que el grado de vello, el tono grave de la voz o el tamaño del pene no pueden ser considerados como índices del grado de virilidad o de la secreción de andrógenos, sino que es una suma de factores genéticos y del desarrollo personal de cada individuo.