Descubre que es el mindfulness o atención consciente y cómo puede ayudar a la futura mamá a afrontar con menos estrés los novedosos desafíos de la maternidad.
El mindfulness
El embarazo es un período de crecimiento y de desarrollo que plantea una serie de importantes desafíos tanto de tipo físico como psicológico para la futura mamá y para su pareja. En forma en que los padres y las madres a afrontan a estos retos puede llegar a afectar a la misma salud a la de los hijos que están desarrollándose.
El mindfulness, que se ha ido desarrollando a lo largo de dos mil quinientos años, tiene sus raíces en la filosofía oriental, aunque ha ido creciendo muy rápidamente en Occidente. Comenzó a difundirse en la década de los setenta cuando un biólogo molecular, Jon Rabat Zinn, comenzó a difundirlo. En la actualidad se han ido desarrollando otro tipo de enfoques para dicha doctrina.
¿En qué consiste?
Nuestros padres y abuelos crecieron pensando que la felicidad solo puede ser posible en un futuro. El mindfulness no es otra cosa que el encontrarse conscientemente en el presente, aquí y ahora, queriendo comprender qué es lo que sucede desde una actitud abierta y amable, sin ignorar o juzgar las cosas y sin dejarse arrastrar por el ajetreo de cada día.
Existe una evidencia científica de que la práctica de esta doctrina permite escoger hacia donde focalizamos nuestra atención, lo que abrirá a detalles de una tica y cambiante experiencia en esta etapa de transición a la paternidad o maternidad, que de otra forma, podrían escaparse, mejorando así el bienestar psicológico y la satisfacción en la crianza de los hijos. Si estás presente cuando estás haciendo la compra por ejemplo. Ante el llanto del niño o frente a otros conflictos más grandes o más pequeños, no estarás con tu atención en otra parte, entonces estarás aquí. Al parar, se ahorra mucha energía y uno no se queda atrapado en hábitos reactivos que se basan en pensamientos distorsionados acerca de su exigencia o experiencia como padres.
La metodología del mindfulness es práctica y está basada en ejercicios informales y formales. La práctica formal consiste en tomarse todo el tiempo necesario para permanecer en silencio, tumbado, sentado o de pie, centrando a propósito la atención en la respiración, en los sonidos, en las sensaciones corporales, en los pensamientos o en las emociones, y a través de una serie de ejercicios de yoga. Por otra parte la informal, consiste en prestar atención a las actividades cotidianas, centrando toda la atención en la respiración.
La práctica de esta metodología puede resumirse en el siguiente poema escrito por Pema Cordón en el año 2001:
“En la meditación se trata de ver claramente el cuerpo que tenemos. La mente que tenemos, la situación que tenemos en casa y la gente que hay en nuestras vidas. Se trata de ver cómo reaccionamos a todas estas cosas. Se trata de ver cómo son ahora mismo nuestras emociones y pensamientos, en este preciso instante, en esta habitación, en este asiento. Se trata de no intentar que desaparezcan, de no pretender ser mejores de lo que somos, sino de ver con precisión y con ternura.”