Educar a los hijos es un proceso serio y aunque a algunos les resulte complejo, nunca deben dejar esta importante tarea en el olvido o en manos de otros. Dentro de la educación, es esencial usar la disciplina para que ellos aprendan a conocer lo bueno y lo malo y entender que por cada cosa que hagan, hay consecuencias, positivas o negativas. Los padres se preocupa constantemente por la educación de sus hijos y por el trato que deben tener hacia ellos cuando se comportan mal y son groseros, pero a veces ejercer la disciplina puede llegar a ser complicado, pues pueden ser muy pasivos por miedo a aplicar un castigo o ser exigentes o el lado contrario, ser extremistas y tratar al pequeño con dureza, sin tener en cuenta aspectos como la edad o las razones de su comportamiento.
– Lo primero es aceptar al pequeño, amarlo y protegerlo, saber que tiene su propia personalidad y que se quiera o no, tiene rasgos comportamentales de alguno de los padres o incluso de los dos. También hay que tener en cuenta que es un niño y que desconoce o no entiende muchas cosas, por eso hay que estar a su lado para educarlo y corregirlo a tiempo.
– Hay que evaluar la edad de cada niño y por ende los actos y comportamientos que tiene, además que mucho de lo que hace o dice, puede ser aprendido de las personas que lo rodean o a quienes ve como su ejemplo. El papá y la mamá por lo general son sus figuras a seguir, así que si ellos gritan, el también lo hará, si ellos dialogan, eso aprenderá. Siempre utilizaran la imitación como la herramienta más segura para ir estableciendo su personalidad.
– Antes de regañarlo o criticarlo, los padres deben tener claro que es lo que quieren enseñar a sus hijos, que valores desean inculcar con mayor fuerza y que es lo que debe primar en sus vidas cuando toen una decisión o hagan algo. Si comete un error hay que escucharlo y ser consecuente con lo que se le enseño desde un principio, para que después no se confunda.
– A pesar de que sean niños, hay que hablarles con claridad y que sepan que no es un juego, sino que las ordenes y normas que se establecen dentro de casa hay que cumplirlas. Así se irá fomentando la disciplina y sabrá lo que está mal y lo que está bien. Dentro de este aspecto, cabe mencionar que son necesarios los castigos cuando hace algo que no es adecuado, no físicos, pero si con un aire más educativo, en donde por medio de la prohibición de algo o la privación de lo que le gusta, entiende que los padres son firmes en sus decisiones. No hay que pasar una falla por alto, porque los niños se acostumbraran a burlar a los adultos y al final no harán caso, porque saben que no hay consecuencias. Y mucho menos graves.
– Es necesario empezar a crear hábitos de todo tipo: alimenticios, académicos, en la casa y familiares. Así aprenderán a distribuir su tiempo, a saber que como miembros de la familia deben aportar su granito de arena y que deben ser útiles para los demás y para sí mismos.