¿Quien no ha degustado alguna vez uno de los platos típicos de la comida española como es la tortilla de patata? Seguro que nadie, pero ¿alguien sabe el origen de ella? Diferentes historias sobre el nacimiento de la tortilla de patatas
Son diversas las versiones que existen sobre donde se originó este delicioso plato típico español. Una de ellas nos cuenta que fue en Navarra cuando en un anónimo dirigido a las Cortes de Navarra, se explican las miserias que los agricultores estaban pasando alimentándose a base de huevos en tortilla rellena de patatas, pan o cualquier otro ingrediente, mientras en otras localidades españolas se vivía con gran riqueza.
Otra leyenda cuenta que durante el asedio a Bilbao, el general Tomás de Zumalacárregui inventó este sencillo y nutritivo plato para saciar el hambre de su ejército. Otros cuentan que fue una sencilla ama de casa la que recibió a este general y que ante la escasez de alimentos que tenía en su hogar, decidió hacerle un revuelto de huevos, cebolla y patatas que le gustó tanto que llegó a popularizarla. Aunque como es lógico en cualquier leyenda ninguna de estas historias están comprobadas al cien por cien, parece ser que la tortilla de patatas empezó a difundirse por España en el período de las primeras guerras carlistas.
Pero si queremos remontarnos más atrás en el tiempo, un documento datado en el año 1519 en las crónicas de Indias, nos cuenta que ya se conocía la tortilla de huevo y que los aztecas las preparaban y vendían en sus mercados de Tenochtitlan.
Tortilla de patatas
Cualquiera que sea el origen de la tortilla de patatas, este plato elaborado a base de huevos y patatas, no hay duda de que es una de las preparaciones más clásicas que se puedan degustar tanto en cualquier hogar como en restaurantes y bares de toda la geografía española. Elaboradas de diversas maneras pero con una base única: las patatas y los huevos, resultan exquisitas añadiéndoles algo de cebolla, chorizo, pimientos, champiñones o cualquier otro ingrediente que se le pueda ocurrir al cocinero o al comensal que la vaya a degustar.
Incluso las patatas se pueden cortar de distintas maneras: en láminas, en trozos desiguales, en dados… lo importante es encontrar el punto justo de éstas y éste se obtiene cuando se encuentran más bien cocidas que fritas, independientemente del aceite utilizado ya que ello va en gustos y después de haberlas dejado al menos diez minutos empapándose en los huevos.
Una variante de la tortilla de patatas es la que se rellena con cualquier ingrediente a modo de sandwich. Una vez preparada la tortilla, se parte por la mitad y se cubre cada una de las mitades con ensaladilla rusa, con ingredientes vegetales, con queso, con jamón, etc. También se puede elaborar sin huevo para los alérgicos a este alimento a base de una mezcla de harina y leche o de agua y que se popularizó en la época de escasez española durante la guerra civil cuando incluso se llegaba a cocinar con la piel de las naranjas en vez de las patatas.