Luego del nacimiento del bebé el tiempo parece volar y cada día el pequeño desarrolla una mayor independencia, hasta que comienza a tener sus propias ideas con relación a aquello que desea, ya sea un juego, tipo de ropa que gusta vestir o colores con los cuales le gusta pintar entre otras muchas elecciones que ya es capaz de hacer todo.
A partir de los dos años el niño comienza a comprender muchas cosas como el éxito y la frustración cuando no obtiene aquello que desea.
Es normal que el niño por un lado abrace a su mamá primero y luego la empuje para que se retire, algo que debe tomarse como una necesidad de reafirmar su propia independencia y parte esencial e importante del proceso natural de crecimiento.
El mundo del niño cada vez se hace más amplio y con miles de cosas que llaman su atención y le despiertan interés, viniendo también la etapa de la imitación de aquello que hace el otro ya sea un niño o un adulto.
Así, comienzan a jugar a la pelota, a la mamá y otras situaciones que su entorno les provee apareciendo de esta forma la etapa llamada como de inteligencia pre-operatoria que a los dos años de edad lo lleva a realizar imitaciones con mayor exactitud que le permitirán luego hacerlo pero partiendo de un modelo que no se encuentra presente.
Asimismo, descubre la causa y efecto de las acciones y luego de mucho probar sabrá que si por ejemplo aprieta un interruptor que se encuentra en la pare la luz se encenderá y comienza a conocer los objeto por su nombre y los diferencia perfectamente.
También el espacio comienza a tener mayor comprensión y aprende a situarse en él con movimientos acertados, haciéndolo con exactitud.
El desarrollo del lenguaje en algunos niños apenas comienza en tanto que en otros es notable y comienza a unir el sustantivo al verbo formando oraciones coherentes pero que aún carecen de algunas preposiciones.
De todas formas, si el niño aún no habla y solo dice palabras sueltas no debe ser motivo de preocupación a esta edad ya que cada persona tiene su propio ritmo de desarrollo.
Pero en el caso de aquellos que ya hablan, los padres se sorprenderán porque también comenzarán las preguntas y existen niños que buscan respuesta a todo.
Esta es una etapa perfecta para utilizar juegos que lo estimulen como bailar, algo que le ayudará al niño a optimizar su motricidad y también a desarrollar una mejor comprensión del espacio.
Los juegos con otros niños también fomentan su actividad psicomotriz, también son adecuados los juguetes de materiales livianos como gomaespuma, pueden ser pelotas de tamaño grande o un juego de bolos que hará que él deba derrumbarlos.
Los colores, números, animales, diferentes comidas, etc., pueden enseñarse al pequeño a través de imágenes cuyas palabras el adulto pronunciará en voz alta y clara para que el niño pueda repetirlas.
A esta edad también es sumamente divertido para los pequeños el pintar y armar algunos rompecabezas sencillos, para comenzar a desarrollar su motricidad fina.
Estimulación adecuada, dedicación y tiempo con el niño harán que esta etapa de bebé a niño sea reconfortante para él como para sus padres.
Foto Vía: Centroroyal