Conocer científicamente algunos de los comportamientos de nuestro hijo a medida que se produce su desarrollo nos ayuda a comprender mejor las diferentes etapas por la que pasa desde ser un bebé hasta convertirse en un niño y posteriormente en un adolescente. El estadio del espejo o ?le stade du miroir en su idioma original, pertenece a la teoría del psicoanalista francés Jaques Lacan.
Se trata de un concepto que se ocupa de una fase del desarrollo psicológico del bebé a partir de los seis meses y hasta llegar al año y medio de vida. Un tiempo colmado de descubrimientos para el pequeño que por primera posee la capacidad para percibir su imagen corporal frente a un espejo.
Una etapa que según la teoría de Lacan es el comienzo del desarrollo del “yo” como instancia psíquica. Este fenómeno fue estudiado por otros investigadores antes de hacerlo Lacan pero fue él quien desarrolló toda una teoría que fue descripta en su ensayo “El estadio del espejo como formador de la función del yo”, siendo considerado uno de sus trabajos más importantes.
Según Lacan este descubrimiento que se produce frente al espejo es universalmente perceptible en el desarrollo de todos los seres humanos y es para el autor el principio fundacional del “yo y del sujeto”. Según esta teoría antes mismo del nacimiento le esperan al niño una gran variedad de circunstancias en las que tendrá que hallar un lugar y así hacer suya su propia historia para luego poder ubicarse en ella.
De esta forma la historia de sus propios padres, el momento de su concepción, si ha sido un hijo deseado y para qué se suman a circunstancias como la elección de un nombre y un apellido que le dará un lugar en una historia familiar colmada de temores y también de deseos.
El niño deberá insertarse en un mundo nuevo y someterse también a sus leyes. Todo este conjunto de circunstancias le darán al niño una existencia simbólica que irá mucho más allá de su vida biológica ya que tendrá un nombre y por lo tanto una existencia desde antes mismo de nacer y también después de su muerte. Esta identificación que el niño hace es el antecedente de otras identificaciones que luego le darán la posibilidad de situarse y contarse simbólicamente como un ser humano mortal y con un sexo.
Uno de esos efectos más importantes es la identificación y constitución del “yo” o sea la representación que el sujeto e hace a sí mismo del ser que es él y el primer momento de este proceso de constitución del yo es el Estadio del Espejo.
Entre los 6 y 8 meses de edad si colocamos a un niño frente a un espejo veremos aparecer una cantidad diferente de conductas que pueden ser más o menos típicas. Así por ejemplo, el niño puede ver su imagen, buscará la mirada de quien los sostiene frente al espejo y nuevamente volverá a observarse en él.
Toda esta secuencia se manifiesta con actitudes de gran alegría y posteriormente el niño intentará erguirse para poder jugar con su propia imagen.
El niño frente al espejo no solo logra reconocerse a sí mismo sino que también reconoce a las personas y a las cosas y todo esto le produce una gran emoción.
Para la teoría de Lacan la conducta del niño frente al espejo es una pieza clave para la formación del “yo” ya que el pequeño al reconocerse lo que hace es asumir su propia imagen y el cuerpo es un protagonista fundamental de todo este proceso, resolviéndose el problema de la fragmentación corporal en la que se encuentra la sensibilidad del niño hasta que llega a alcanzar su imagen de totalidad.
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