Cuando nace un bebé, se encuentra ya dotado biológicamente de unas características específicas que le van a favorecer la interacción social, un elemento clave en el desarrollo del lenguaje.
Si recurrimos a la etimología de la palabra comunicación, esta quiere decir: intercambio, hacer común, participación, común unión… Todos estos fenómenos se refieren a la interacción social. Al nacer, el bebé ya está dotado biológicamente con las características que van a ayudar a que forme parte de esta interacción.
Cuando el bebé empieza a comunicarse, lo hace porque el entorno humano en el que se encuentra, le posibilita la comunicación y da respuesta a su necesidad de expresar deseos, emociones y sentimientos. Un entorno favorable para la interacción va a configurar de manera positiva, la competencia comunicativa del bebé, alcanzando posteriormente la capacidad del lenguaje.
Un bebé recién nacido es capaz de articular, de forma deliberada, distintas expresiones no verbales, como puede ser el llanto. Podría parecer que todos los llantos son iguales, pero no es así, el bebé utiliza una serie de llantos diferentes, que exteriorizan distintos estados de ánimo. Otra de esas expresiones es el balbuceo, que se manifiesta a los seis meses.
Cuando los bebés empiezan a aprender a hablar, sus primeras palabras son en la lengua que están oyendo, por lo que el factor ambiental juega, sin duda, un papel muy importante en la comunicación en estos niveles de desarrollo. Los niños se crían en un ambiente que facilita su aprendizaje; los adultos les hablan con un lenguaje sencillo y en muchas ocasiones empleando juegos que clarifican aún más el sentido de la comunicación. Los padres procuran utilizar, en la interacción con sus hijos, formas que hacen posible un mejor aprendizaje de la lengua. Son varias las investigaciones que confirman que las personas no hablan de la misma forma a los niños que los adultos, se utiliza un lenguaje «maternal» mucho más claro y simple, pero que es totalmente correcto en cuanto a gramática y estructura.
Necesidades básicas
El bebé tiene una serie de necesidades, a la hora de aprender a interactuar con los demás a través de la comunicación. Éstas son las siguientes:
-Hablar y efectuar sonidos de diferente intensidad. Con ello, intenta expresar sentimientos, emociones o necesidades.
-Desarrollar el lenguaje, por medio de palabras que le permitan comunicarse con su entorno.
-Sentirse atendido y oído.
-Aprender a escuchar.
Pautas educativas
Aunque existen aportaciones de numerosos lingüístas, no hay un modelo global, que explique todos los mecanismos que intervienen en el desarrollo del lenguaje. Lo que sí podemos afirmar, es que la adquisición se da de manera activa. Se trata de un proceso en el que el bebé no se limita a recibir sin más de su entorno, sino que interactúa con el mismo.
Los padres responden a los niños cambiando el contenido del diálogo o preguntando para reformular los contenidos. Los estudios han comprodado que este feedback es muy importante para que el bebé pueda aprender a hablar.
Los objetivos de los padres serían; dar respuesta de la manera más certera posible a estas necesidades que presentan los niños, de cero a seis años, consiguiendo que emplee el lenguaje de forma adecuada.