Desde el inicio de su gestación el crecimiento del bebé jamás se detiene y durante todo ese extenso camino de vida sus padres enfrentarán variados aspectos relacionados con su desarrollo y personalidad que va formándose día a día. En relación a su físico, la mayoría de los bebés pesan entre 3 y hasta 5 kilos cuando nacen, midiendo aproximadamente unos 55 centímetros de largo y a pesar que durante los primeros días luego del nacimiento pierden un poco de peso, lo recobrarán inmediatamente, una vez que se estabilicen a través de la rutina diaria de alimentación.
Por ello, durante el primer semestre el bebé ganará como promedio un kilo cada mes y su altura también se incrementará a un ritmo bastante constante de unos dos centímetros mensuales.
Pero no solo físicamente experimenta cambios sino que su personalidad se irá formando progresivamente y a pesar que cada ser humano es único, los investigadores y psiquiatras encuadran a los bebés en cuatro grupos a los que denominan:
- Los bebés fáciles: Refiriéndose aproximadamente a un 40% de los niños que con facilidad pueden ingresar a una rutina de manera regular, adaptándose a situaciones y estímulos nuevos. Sueles dormir la cantidad de horas necesarias y comer a intervalos regulares.
- Los bebés difíciles: Se refiere a solo un 10% que puede denominarse de esa forma ya que son lentos para desarrollar sus rutinas y les lleva tiempo adaptarse a personas que habitualmente no ven.
- Los Bebés lentos: Suman un 15% y se caracterizan por replegarse en su actitud en vez de demostrar su incomodidad o temores a través del llanto o la irritabilidad. Necesitan de un estímulo constante para adaptarse a nuevas personas y lugares.
- Los Bebés combinados: Se les denomina así al 35% restante de niños que en realidad son una combinación de los otros tres tipos.
Con relación a la comunicación, el bebé no se expresará con palabras durante por lo menos los doce primeros meses de vida a pesar que si será totalmente capaz de utilizar otros medios de comunicación, por lo general a través de gestos como la mirada, sonrisas, balbuceos, gestos de desagrado, suspiros y por supuesto el llanto.
Este último, se manifiesta sobre todo durante los tres primeros meses de vida, cuando llorar será el mejor y más importante medio de comunicación con el que cuenta el bebé. Además, se ha podido comprobar que los primeros tres meses, aproximadamente el 70% de los bebes llora como promedio unas dos horas diarias por diferentes motivos.
Así por ejemplo, se irrita y llora cuando tiene hambre, está cansado, incómodo o algún dolor lo aqueja. Siendo esta la única forma de llamar la atención de su madre.
A medida que el tiempo pasa la madre va conociendo mejor cada una de las manifestaciones de su bebé y cuáles son las cosas que lo tranquilizan cuando está nervioso y cuáles lo estimulan, además de advertir si el llanto es por cansancio, hambre o algún dolor.
Es importante además, comprender ciertos actos del bebé que se manifiestan de forma natural como es el hecho que durante las primeras semanas de vida se alimenta de acuerdo a un ritmo propio y luego llegará el momento donde se lo podrá adaptar a una rutina.
Y a no sorprenderse las madres primerizas, ya que durante los primeros días de vida un bebé suele dormir casi todo el día y luego la rutina va cambiando y lo hará durante 16 a 18 horas, siempre con interrupciones que generalmente son para alimentarse. Luego de los 3 meses ya se establecerá de forma totalmente natural una rutina de sueño y mantenerse despierto.
Con referencia a la mejor posición para dormir, los médicos recomiendan que hasta los 6 meses duerma de lado o de espalda y no boca abajo.
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