Luego del nacimiento el bebé debe ser llevado al pediatra para sus controles, que en un principio serán mensuales y a medida que pasa el tiempo se irán espaciando. Estas visitas periódicas sirven para una revisión del pequeño y ver en que condiciones se encuentra, entre ellos el médico prestará especial atención al desarrollo de sus caderas para observar si sufre de displasia.
La displasia de cadera no necesariamente se manifiesta en el momento del nacimiento del bebé, en algunas ocasiones puede desarrollarse durante su primer año de vida. Además, es un término bastante amplio que puede incluir una variedad de problemas, todos ellos relacionados a esa zona tanto en bebés como en niños pequeños y por lo general existe una tendencia hereditaria dándose más en las niñas.
El diagnóstio de la displacia de cadera se basa en diferentes parámetros que el médico tendrá en cuenta como por ejemplo una dislocación congénita a pesar que al nacer la cadera se encontraba en su sitio cuando el niño nació y la dislocación se produce luego. También existe la denomianda “Displasia Acetabular” y se debe a que la cavidad de la cadera se presenta poco profunda manteniéndose baja y haciendola inestable.
En algunos casos y a pesar que todo parece estar normal aparece la denominada displasia del desarrollo cuando los problemas comienzan durante el primer año de vida del niño.
Las causas por las cuales aparece este problema no es aún segura ni se conocen a ciencia cierta, a pesar que existen ciertos factores que pueden ser determinantes como la posibilidad que las hormonas (estrógenos) a las cuales se encuentra expuesto el bebé al nacer pueden relacionarse con la dolencia. Estas hormonas ayudan a relajar la musculatura del cuerpo de la madre y en ciertas ocasiones pueden afectar la musculatura del recién nacido y al relajarse se produce la luxación.
También los pediatras cosideran que los factores genéticos se relacionan íntimamente con el problema sobre todo porque además de advertirse que es más frecuente en la niñas también se da en los primogénitos. Algunos especialistas suponene que algunas prácticas inadecuadas sobre todo en la coloccación delos pañales en el lactante cuando se colocan demasiado ajustados o también el uso de ciertas cunas no aprobadas para niños muy pequeños pueden influir para que la displacia se haga presente una vez que el niño ha nacido.
El médico realizará ciertas comprobaciones ni bien nace el bebé y posteriormente las repite en cada revisión mensual.
Durante estas revisaciones el examen contempla por ejemplo, que el pediatra flexione y haga rotar las piernas del niño para comprobar si los fémures se encuentran colocados de forma debida en los zócalos de las caderas.
El profesional además realiza una comprobación para ver si el movimiento de las piernas es igual o si alguna de ellas es más limitado o también si una pierna es más corta que la otra además de ver si los pliegues de los muslos tienen apariencia desigual.
A pesar de no ser un problema frecuente la displasia de cadera puede ser detectada de forma temprana y luego de un diagnóstico positivo se realizará la derivación correspóndiente para que el especialista en ortopedia pediátrica realice el tratamiento adecuado.
Foto Vía: globalhealthcarenetwork