Según diversas investigaciones científicas se ha comprobado que son muchas las patologías y muy diferentes que no sólo se pueden combatir con medicamentos, sino que gracias a algunos deportes practicados con asiduidad, se consiguen muy buenos resultados en el tratamiento de diferentes enfermedades.
Infartos, insomnio e hipertensión
Para poner en marcha nuestro corazón se han realizado estudios que confirman que un programa a base de ejercicios suaves ayuda a mejorar el estado de las coronarias de las personas que han sufrido algún tipo de infarto ya que mejora la capacidad de las arterias para conseguir una mejor dilatación cuando sea necesario facilitar el paso de la sangre a través de éstas, aunque es importante siempre estar supervisados por un profesional durante la práctica del ejercicio.
Aunque hemos oído muchas veces que no es recomendable hacer ejercicio antes de irse a la cama porque al aumentar la frecuencia cardiaca y el aumento del nivel de energía puede alterar el sueño, un estudio realizado en Estados Unidos sostiene que la actividad física reduce la ansiedad y aumenta la temperatura corporal algo que ayuda a dormir más fácilmente. Caminar varios kilómetros al día es una buena opción para todas aquellas que padecen de insomnio.
Entrenar con pesas ayuda a reducir la hipertensión en las personas que la tienen controlada, aunque en ningún caso deben practicarla aquellos enfermos cuya tensión supere los 160/100 mm/Hg. Este tipo de ejercicio puede reducir hasta un 2% la tensión sistólica y hasta en un 4% la diastólica.
Cáncer, depresión, colesterol
Hay una serie de actividades físicas como la natación, el golf, correr o practica tenis que practicados con una frecuencia mínima de una vez al mes, da resultados positivos a la hora de prevenir los tumores cancerígenos, aunque se ha demostrado que practicándolos más a menudo y de una manera vigorosa, consiguen unos mejores resultados. Como observación podemos decir que el riesgo de padecer cáncer de mama es menor en aquellas mujeres que se mantienen activas a lo largo de su vida.
Para aliviar los episodios de tipo depresivo no hay nada mejor que la actividad física ya que la eficacia del ejercicio es muy similar a la que se consigue con la ayuda de los fármacos utilizados en este tipo de trastornos. Realizar durante 45 minutos, tres veces a la semana, durante un período aproximado de cuatro meses cualquier tipo de ejercicio, es suficiente para experimentar una mejora de los síntomas depresivos.
Algo tan simple como caminar todos los días durante media hora ayuda a mantener alejadas las enfermedades de tipo cardiovascular además de ayudar a prevenir la obesidad, el exceso de colesterol y los triglicéridos así como la hipertensión. Caminando media hora a paso rápido sin parar, abandonar el consumo del tabaco y llevar una dieta saludable nos ayudará a conseguir el máximo beneficio ante este tipo de enfermedades.