Luego del nacimiento del bebé comienza una nueva etapa para la mujer donde vuelven a producirse cambios en su cuerpo nuevamente relacionados con las hormonas y debido sobre todo a la producción de leche.
La etapa de la lactancia es un período bastante agotador para la madre y por ello sus necesidades nutritivas y energéticas serán más altas necesitando ingerir mayor cantidad de calorías, siendo lo recomendable unas quinientas calorías extras diarias, una demanda que hace su propio metabolismo para la producción de leche.
Una alimentación especial será entonces necesaria y se mantendrá durante todo el tiempo de la lactancia, no significando que debe comer en exceso sino que lleve una dieta equilibrada.
La mujer no debe subir de peso de forma extrema en esta nueva etapa y de ocurrir esto será una señal que muestra hábitos alimentarios incorrectos ya que el estado nutricional anterior al embarazo y la alimentación durante la gestación son tan importantes como la dieta durante la lactancia.
Una correcta información sobre los cambios fisiológicos que se producen en el cuerpo, como los factores que tienen una influencia directa en la producción de leche, le dará a la madre un panorama correcto del funcionamiento del organismo.
Es recomendable llevar un control de peso de forma periódica y seguir una dieta personalizada diseñada por el nutricionista ya que las demandas nutricionales en esta fase son altas y si la mujer se somete a una dieta estricta no solo perjudicará su salud sino que esto influirá de forma directa en la cantidad de leche que produce, perjudicando entonces la buena alimentación del bebé.
Se recomienda que la alimentación sea variada y también completa pero equilibrada teniendo presente que se duplican las necesidades de proteínas, que deberán ser de origen animal de preferencia incluyendo carne de ternera, pollo, pescado, huevos y leche además de derivados que no sean grasos.
Asimismo, se aumentará la cantidad de alimentos que contengan hidratos de carbono complejos entre ellos pan, arroz, cereales, patatas y todo tipo de legumbres. Las vitaminas A, D, E, C, B1, B2 y ácido fólico deberán ingerirse en cantidades mayores a las habituales, siendo también indispensable un consumo diario de frutas y verduras que aportan vitamina C, ácido fólico y beta-caroteno.
La ingesta de leche y otros lácteos como yogur, queso y postres lácteos será diaria y de vital importancia por ser la principal fuente de calcio. Zumos de frutas, infusiones variadas y agua le brindarán al organismo la hidratación necesaria, moderando siempre la ingesta de café, té común y refrescos que posean cafeína, eliminando el consumo de tabaco y otros fármacos que como se ha podido establecer pasan a la leche y como consecuencia lógica al bebé.
Resumiendo:
- Comer bien pero de forma equilibrada
- Variar a diario los menús, pero respetando los grupos básicos de cada uno de ellos
- Seleccionar alimentos en función de su calidad y no de su cantidad
- Realizar como mínimo cinco comidas diarias No saltearse ninguna comida principal ni el desayuno
- Leche y sus derivados estarán presentes en cada una de las comidas
- Comer frutas y verduras diariamente
- Asegurarse un aporte de líquidos que sea suficiente para mantenerse bien hidratada
- No consumir tabaco ni alcohol, ya que tienen la particularidad de pasar a la leche
- Evitar dietas restrictivas
Foto Vía: Breastfeeding Techniques