La diabetes gestacional es una de las complicaciones más frecuentes del embarazo. Las mujeres de más de 35 años, con antecedentes familiares o con sobrepeso u obesidad tienen mayor riesgo. Se puede controlar con dieta, ejercicio y tratamiento farmacológico y los riesgos en el parto son de lesión (traumatismo) en el bebé por su gran tamaño y/o parto por cesárea. La diabetes gestacional es la elevación de los niveles de azúcar en sangre durante el embarazo. Es una complicación del embarazo muy frecuente y tiene mucha relación con la edad de la madre (cuanto mayor es más riesgo) y su peso (el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo). Suele presentarse en el 2% de las mujeres embarazadas y el riesgo de complicaciones obstétricas aumenta por su causa: Macrosomía (peso excesivo del bebé), sufrimiento fetal, etc.
Causas
Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo, pueden interferir con el trabajo que normalmente hace la insulina y provocar que los niveles de azúcar en sangre se eleven.
- Las mujeres que tienen mayor riesgo de contraerla son:
- Las mayores de 35 años
- Las que tienen antecedentes de diabetes en la familia
- Las que tienen hipertensión
- Las que tienen sobrepeso
- Las que ya tuvieron un bebé que pesó más de 4 kilos al nacer o presentó alguna anomalía congénita
- Las que tuvieron un aborto espontáneo
Síntomas
En general o no se manifiestan o son muy leves, incluyen:
- Incremento de la sed
- Fatiga
- Náuseas y vómitos
- Visión borrosa
- Infecciones periódicas (vagina, vejiga, etc.)
- Perdía de peso
- Aumento de la micción
Diagnóstico
Como ya se mencionó anteriormente, los síntomas suelen ser leves o no presentarse. La diabetes gestacional suele manifestarse en la mitad del embarazo. Por lo cual se realiza un estudio de rutina en el segundo trimestre del mismo, entre las semanas 24 y 28, llamado examen de tolerancia oral a la glucosa, que de ser positivo confirma la enfermedad y la mujer debe recibir tratamiento.
Tratamiento
El tratamiento tiene como objetivo fundamental, el que los niveles de glucosa en sangre se mantengan dentro de los límites considerados normales y monitorear la salud del feto.
Cuando se diagnostica la diabetes gestacional, de realizarse un seguimiento mucho más cercano, estricto y frecuente, tanto de la salud de la madre como del bebé. Debe derivarse a la futura mamá a un especialista en diabetes para que la controle y enseñe las pautas básicas de control y auto monitoreo de los niveles de azúcar en sangre. La embarazada deberá a prender a controlar ella misma sus niveles de azúcar en sangre.
Los controles obstétricos en estos casos deben hacerse semanalmente a partir de la semana 30 y en cada cita controlarse los valores de glucemia, el peso, la presión y la aparición de edemas.
Dieta y ejercicio físico
La alimentación es fundamental en el tratamiento de la diabetes gestacional. Debe realizarse un régimen alimenticio que aporte grasas, proteínas y carbohidratos (frutas, verduras, cereales, pastas, etc.) en cantidades moderadas y reducir el consumo de azúcar.
El ejercicio físico ayuda a disminuir la resistencia a la insulina y es muy beneficioso para la embarazada en general. Las actividades recomendadas son las aeróbicas de bajo impacto, como caminatas, natación, o también yoga o Pilates.
Si no se pueden controlar los niveles de azúcar en sangre sólo con dieta y ejercicio, el médico puede prescribir fármacos orales o insulina.
Pronóstico
En la mayoría de los casos la diabetes gestacional se controla y no produce mayores complicaciones ni en la madre ni en el bebé. Pero estas mujeres tienen la tendencia a tener bebés de mayor tamaño (más de 4 kg.), lo que incrementa el riesgo de traumatismos al nacer en el bebé y de parto por cesárea.
Los niveles de azúcar en sangre suelen volver a la normalidad tras el parto. Pero las mujeres que tuvieron diabetes gestacional deben controlarse, ya que muchas desarrollan la enfermedad entre 5 y 10 años después del parto y el riesgo es mayor en las que tienen sobrepeso u obesidad.