La virginidad es uno de los temas a los que los padres les cuesta enfrentar porque nos saben como abordarlo y menos en esta época en el que las niñas a veces por mala información, comenten errores, tienen sexo a destiempo y terminan con enfermedades sexuales o embarazos no deseados. Para las mujeres su primera vez casi siempre es soñada, se la imaginan como un momento perfecto, que aunque saben que puede llegar a molestar un poco, deberá ser algo perfecto y con el hombre que quieren. Obviamente sin presiones y hasta con un toque romántico. Pero muchas veces o por lo menos en estos tiempos no es así.
La sociedad ha cambiado mucho y en cada década que pasa se perciben con mas asombro lo que las personas piensan, y sobre todo, como las mujeres han perdido de a pocos el amor por su cuerpo y la modificación del concepto de virginidad, todo gracias a los medios de comunicación, la falsa información y la falta de orientación. Por eso es común, que ahora las niñas menores de 12 años ya hablen de tener novio, relaciones sexuales y hasta experimenten embarazos e infecciones por enfermedades venéreas.
Es cierto que el pensamiento que las mujeres debían llegar vírgenes al matrimonio, quedó atrás para un 95% de la población femenina, pues solo pocas conservan este lema y es más por la educación y tal vez la rigidez en las costumbres de las familias de las que provienen y es que así pasen 50 o más años, las tradiciones deben conservarse. El problema es que aunque no sea necesario esperar hasta el matrimonio para tener esa primera vez, porque tal vez no quieran dar ese paso nunca, el ideal que ahora se percibe en las jovencitas, es que la virginidad hay que perderla como sea.
En parte los medios influenciaron estos comportamientos porque al querer exponer la idea de sexo seguro, de que es un campo natural y que debe ser vivido con normalidad y sin temores, se fue tergiversando la idea y la interpretación final es que no importa con quien o donde, pero tener relaciones es posible en cualquier momento de la vida. Solo hay que ver las series, películas y programas que hacen cierta apología a este tema y es normal ver adolescentes con hijos o niñas en una “relación” con hombres 10 o 15 años más grandes que ellas. O peor aún, mostrando el caso de niñas de 12 o 13 años que tienen relaciones sexuales y que por ser producto de la ficción, no quedan ni en embarazo, no usan protección, no sufren de enfermedades y lo hacen una y otra vez sin consecuencias. Pero en la vida real, cuando las niñas lo intentan, todos los casos anteriores suceden y en cantidades escandalosas.
Derivado de estas situaciones se presentan casos de decepciones amorosas, abandonos de bebés por parte de sus hijos, demandas por separaciones e incumplimiento de deberes y hasta rechazo por parte de nuevas parejas, solo por el hecho de tener hijos. Si este tipo de situaciones son difíciles de sobrellevar por un adulto, es aun más complicado de asumir por parte de un joven que aún no ha definido bien lo que quiere en su vida, pero que se tiene que enfrentar con “cosas de grandes”.