La sonrisa, los ojos o la forma en que arruga la nariz nuestro hijo son gestos que nos llegan a desvelar sus emociones. Aprende a interpretar sus sentimientos con tan sólo observar su carita. 
Curiosidad
Ojos muy abiertos y labios separados, con una mirada que va siguiendo su fuente de interés significa que el bebé se encuentra fascinado por algún objeto. Según diversos estudios si se muestra a un niño imágenes de diversas caras felices, el interés de éste decaerá para despertarse de nuevo si le mostramos una cara triste. Y es que su interés debe estimularse constantemente con acciones repetidas y simples como por ejemplo tirar objetos al suelo, de esta manera aprende secuencias lógicas como la causa y el efecto.
Sospecha
En estos casos el bebé se puede aferrar a su mamá o a la persona que tenga a su lado encontrándose un poco rígido y con la mirada muy fija. Cuando cumple los seis meses de edad deja de sonreír a todo el mundo y si una persona extraña intenta mirarle fijamente a los ojos puede correr el riego de que comience a llorar. Es mejor esperar a que él mire primero. La sospecha significa un signo de madurez y que el bebé ha percibido una intrusión en su vida al que ha respondido con cierta desconfianza.
Rabia
En estos casos el niño tendrá los músculos tensos y los ojos muy apretados con un llanto muy agudo. El motivo es que puede intentar coger algo y no lo logra o que intenta moverse hacia delante y por el contrario va hacia atrás, que no desee que le cambien o le vistan o bien porque se ha bloqueado realizando alguna acción que había realizado otras veces. Un bebé que está sintiendo rabia no debería dejarse solo pensando que se calmará antes o después.
Alegría
En estos casos se le iluminará la cara, sonreirá o se reirá a carcajadas. Según un estudio americano realizado entre niños de cuatro y de doce meses de edad, se ha descubierto que la mayoría de los niños se lograban reír con estímulos fuertes mientras que los demás lo hacían con situaciones inesperadas. Antes de los cuatro meses no existe el sentido del humor ya que éste deriva del contacto de algo que se espera con lo inesperado y con esa edad estos límites entre estas dos sensaciones no están bien definidas.
Sorpresa
Los ojos muy abiertos, las cejas arqueadas y la boca abierta son signos inequívocos de que nuestro bebé siente sorpresa por algo. Esta emoción puede llegar a transformarse bien en algo positivo o en miedo. Por ejemplo, el bebé sabe que una simple caja es un elemento sólido y si ve salir de ella un payaso con un muelle de repente por ejemplo, se sorprenderá sin duda. Los especialistas que cada día estudian el comportamiento de los niños se han percatado que si es la madre quien enseña dicha caja a su hijo, el ritmo cardíaco de éste se ralentizará ligeramente mientras que si por el contrario quien le enseña la caja es una persona extraña, su ritmo se acelerará.
