Los cuentos de hadas tienen siete vidas! Desde hace siglos los niños están locos por este tipo de cuentos y ni la televisión, ni los juegos electrónicos más sofisticados, han llegado a desbancarlos. ¿Pero por qué estas historias de princesas, lobos y otros gigantes les gustan tanto a los peqieños? ¿Qué mensajes encierran estas historias fantásticas? En el siguiente artículo vamos a tratar este asunto.
La primera duda que puede aparecer es porqué estos cuentos, actualmente, aún despiertan interés, cuando existen cuentos más modernos a disposición de los niños.
La razón puede ser la fuerza del tiempo. A base de ser repetidos y ser transmitidos de generación en generación, los cuentos de hadas han maduraron, han evolucionado cargados de significados tan diversos que los niños, de cualquier edad o sexo, encuentran en ellos multitud de ideas que le ayudan a sobrepasar sus dificultades y a crecer con más seguridad.
Desde su más tierna edad, el niño atraviesa pruebas: decepciones, rivalidades fraternales, confrontación con el mundo exterior, responsabilidades, etc. Y éstas pueden llevarle a encerrarse en soledad o a angustiarse.
Ciertos padres creen que hay que preservar al niño de lo que puede agobiarle y presentarle sólo el aspecto positivo de las cosas.
Lejos de hacerle bien, este modo de actuar sólo refuerza sus inquietudes porque el niño siente que la vida sólo le reserva buenas sorpresas y en el futuro, al enfrentarse a la cruda realidad, los golpes serán más dolorosos. Los cuentos de hadas le ayudarán: éstos le hablan de la vida y lo animan a aventurarse en ella. Los cuentos de hadas ilustran de un modo lúdico los miedos infantiles.
Éstos hablan de aspectos reales de la vida y de luchas interiores dándoles una forma que las hacen menos aterradoras. Además, le ayudan al niño a situar lo que ellos sienten.
Les ofrecen ayuda e ideas para resolver sus problemas. ¿Qué está bien o mal? ¿Es más ventajoso ser bueno o malo? ¿Cómo encontrar el amor al ser adulto? ¿Cómo crecer y ser más independiente? Los cuentos les proporcionan puntos de referencia sobre la conducta que hay que tener en la vida.
Todos difunden el mismo mensaje, simple y alentador: «las dificultades de la vida son inevitables pero si, en lugar de huir, afrontamos con firmeza las pruebas inesperadas y a menudo injustas que nos encontramos en la vida, acabaremos por vencer los obstáculos y obtener lo que queremos”.
Y el mensaje llega a los niños. Y es que los niños se fían de los cuentos de hadas más que de cualquier otro discurso racional, ya que éstos les llega bajo una forma que les es familiar: la forma mágica.