Cuando la temperatura sube más de lo habitual empieza la fiebre. La fiebre tiene su historia, hace millones de años, los primeros vertebrados que tuvieron fiebre (aunque no tomaban aspirinas) fueron más capaces de sobrevivir y transmitieron esa habilidad, para defenderse de las infecciones, a sus descendientes entre ellos los seres humanos.
En las infecciones y otras enfermedades, ciertas sustancias son liberadas por los microorganismos y por el sistema de defensa del cuerpo. Estas sustancias alteran las neuronas del centro termorregulador del cerebro (el termostato del cuerpo) que fijan un nuevo punto, más alto, de temperatura corporal (más de 37°, medida en la axila). El cuerpo responde para alcanzar este nuevo punto de temperatura, más alto, aumentando el metabolismo, produciendo escalofríos, disminuyendo la circulación de la piel y la sudoración y procurándose abrigo y ambientes cálidos.
El resultado final es: la fiebre.
¿Qué hacer y qué no hacer cuando nuestro hijo tiene fiebre?
* No siempre es necesario tratar estados febriles con temperaturas menores a 38°
* No es necesario tratar de normalizar por completo la temperatura corporal
* Sí es necesario tratar la fiebre en menores de 3 años, en menores de 6 años con antecedentes de convulsiones febriles. en la enfermedad por calor o en el golpe de calor o cuando ocasiona malestar intenso
Medidas generales
* En los menores de 6 meses mantener el pecho exclusivo.
* Temperatura ambiente: debe ser confortable, alrededor de 20° o 21°
* Vestimenta: debe usar ropas livianas, holgadas o desnudar
* Reposo: evitar las actividades que generan calor (jugar, correr o saltar)
* Hidratación: ofrecer agua a libre demanda del niño, respetando la sed
* Alimentos: deben ser ricos en calorías y ofrecerlos respetando la inapetencia inicial que suelen presentar
* Afecto: el niño necesita ser acompañado y reconfortado
Síntomas que acompañan la fiebre
* Decaimiento y postración
* Inapetencia
* Debilidad muscular y cansancio
* Molestias musculares y articulares
* Cefalea leve
* Mayor sensibilidad de la piel
* Sensación de disconfort y fastidio
Consultar con urgencia al pediatra cuando presenta:
* manchas rojas en la piel
* irritabilidad y llanto excesivo
* alteración del estado de conciencia: confusión, somnolencia excesiva
* dificultad respiratoria
* cefalea intensa
* convulsiones (rigidez o sacudidas del cuerpo con pérdida del conocimiento)
* edad menor de 3 meses
El tratamiento de la fiebre por medios físicos
* Mantenga una temperatura ambiente confortable y una suave circulación de aire
* Desvista al niño o déjelo con ropa muy ligera
* Moje la piel de todo el cuerpo con agua tibia
* Puede estar acostado en su cama o en brazos
* No debe friccionar la piel con alcohol o con lociones
Los medicamentos antifebriles
Debe ser indicado por su pediatra, quien seleccionará los más adecuados para su hijo considerando:
* La dosis y frecuencia de su administración
* El costo y la disponibilidad de los distintos productos farmacéuticos
* El conocimiento de la eficacia del medicamento en cada niño
* Las contraindicaciones por otras enfermedades
* Los antecedentes de alergias, intolerancias y otros efectos colaterales
* Las interacciones con otros medicamentos que toma simultáneamente
* La aceptación del sabor del producto
No deben administrarse en la enfermedad por calor y en el golpe de calor y recuerde:
* Los medicamentos antifebriles no son inofensivos
* No los deje al alcance de su hijo pequeño
* No le permita «jugar» con las cajitas o los envases vacíos
* No le diga que es una golosina cuando se lo ofrece, dígale que es un remedio
* No se los administre sin previa aprobación de su pediatra
* Asegúrese que le administra la dosis correcta
* Ante ingestas accidentales, pueden ser graves, llame inmediatamente a un centro de Toxicología
* Los antibióticos no son medicamentos antifebriles
No se apresure a dar medicamentos, primero consulte con su pediatra.