Si quieres conseguir que tus hijos consigan un diez en comprensión de la lectura, comienza a fomentar en ellos el amor hacia los libros y la riqueza por el lenguaje.
Poca dedicación
Lo cierto es que dentro del ámbito académico, el trabajo se centra en el proceso conocido como de alfabetización, es decir, enseñar a que los niños aprendan a leer lo que pone en una hoja, pero una vez que lo han conseguido, ya no se dedica tanto tiempo a actividades que se encuentren orientadas en trabajar la comprensión de los textos. Esto es debido tanto a una escasa afición en el entorno familiar a la lectura como al hecho de que dicha competencia se encuentra reglada exclusivamente a la asignatura conocida como lengua y literatura.
Aprender a ejercitar en casa el amor por la lectura
Aparte del trabajo realizado dentro del ámbito escolar, los padres en casa, pueden contribuir muchísimo a que los niños entiendan e interpreten lo que van leyendo. Se debe comenzar siendo un claro ejemplo de ello. Si los niños ven que sus padres dedican tiempo a leer, ellos también comenzarán a interesarse por esta preciosa afición.
También resulta muy recomendable invitar a los niños a que lean en voz alta, ya sea un cuento como una receta de cocina por ejemplo. Con este ejercicio, ellos se darán cuenta que sus padres se interesan por lo que están leyendo y les animará a continuar. Además es una excelente manera de que los hijos se relacionen con la lectura con momentos estupendos compartidos con su familia.
Aunque parezca algo antiguo, la lectura de un cuento en la cama antes de dormirse, es una estupenda costumbre. Antes de que se duerman se les puede preguntar por los personajes favoritos del cuento que se les ha leído e intentar que expliquen porque ese personaje y no cualquier otro ha sido su favorito. Que hagan un pequeño resumen de la historia también resulta un ejercicio muy efectivo. Si por otra parte, ese cuento lo leyeron los propios papás cuando eran pequeños, se les puede contar lo que en su día les pareció y la interpretación que le dieron. Esto generará una conversación “literaria” que les ayudará a mostrar cada día más interés por la lectura. Si el pequeño se queda dormido durante el cuento, la conversación se puede postergar hasta el día siguiente y hablar del cuento hasta el momento en que el pequeño se durmió.
Situaciones que se deben evitar
Es fundamental que los niños puedan elegir sus lecturas favoritas, ya que en caso contrario el interés que se desea despertar en ellos por los libros, se verá menguado en gran manera. Y es que por ejemplo una niña a la que le gustan las princesas, no va a elegir el mismo cuento que a otra a la que le guste jugar a ser profesora o doctora por ejemplo.
Es imprescindible fomentar la lectura como algo que sea divertido y placentero y en ningún caso como una obligación o un castigo, puesto que en este caso los pequeños jamás sentirán atracción por los libros.