Durante el transcurso del embarazo pueden presentarse una serie de problemas o complicaciones que en algunos casos son consideradas por los médicos como comunes o predecibles y pueden tratarse para asegurar que el embarazo llegue a término en condiciones saludables y otras patologías menos frecuentes pero que también pueden tratarse y controlarse. Así por ejemplo, algunas infecciones de tipo viral que pueden también afectar el aparato respiratorio como gripe, resfriado, varicela, eritema infeccioso y rubéola, son comunes durante el embarazo y pueden provocar otra serie de síntomas.
La anemia suele ser común en muchas embarazadas y se caracteriza por un cansancio constante, falta de energía y en algunos casos falta de aire. Puede tratarse y superarse de forma rápida y no afecta al bebé, siendo causada en la mayor parte de los casos por un déficit alimentario al no llevar la futura madre una dieta equilibrada, se recomienda en estos casos la inclusión de alimentos ricos en hierro, zumos de frutas cítricas y complementos de hierro y ácido fólico.
Una dolencia que cada vez es más frecuente durante los meses de embarazo es la denominada diabetes gestacional y tiene lugar porque las hormonas de la placenta desarrollan esta patología (diabetes) durante el embarazo. En pocos casos es necesaria la administración de insulina y suele tratarse por medio de una dieta muy estricta en lo que a hidratos de carbono se refiere, con la salvedad que la mujer que sufre una diabetes gestacional deberá someterse a un control riguroso y corre el riesgo de padecer de esta enfermedad en próximos embarazos o de sufrirla luego de varios años después del parto.
El caso de incompatibilidad de Rh es una patología relativamente compleja ya que en estos casos la mujer produce anticuerpos contra los glóbulos rojos del feto que causan la destrucción de un número importante de éstos produciendo en ciertos casos la llamada enfermedad hemolítica en el bebé que no es otra cosa que una anemia.
Para combatir este tipo de anomalía existen diferentes tratamientos que varían dependiendo de la gravedad de cada caso. En ocasiones se inyectan anticuerpos anti Rh en la madre que es Rh-negativo. Existen casos en los que es necesario administrar al feto una transfusión de sangre por vía intrauterina.
El exceso de líquido amniótico, llamado «polihidramnios» puede darse como algo normal cuando se trata de un bebé grande o si se está frente a un embarazo múltiple, también puede presentarse como consecuencia de una dolencia que sufre la madre como diabetes y en algunos casos es el bebé el que padece una patología como puede ser alguna malformación congénita.
En los casos de un cuadro de polihidramnios, además de reposo para evitar un parto prematuro, si existen problemas respiratorios es posible practicar un drenaje para eliminar así el exceso de líquido. Esto de realiza por medio de una punción con un catéter intra-amniótico.
El RCIU, son la siglas de una patología denominada «retraso del crecimiento intrauterino», que se produce cuando el bebé no crece dentro de los parámetros normales y al nacer tendrá poco peso.
Sin embargo, con un tratamiento adecuado alcanzará el tamaño y peso normales. A pesar que esta patología se encuentra fuera del ámbito de control por parte de la mujer, existen algunos hábitos como el consumo de tabaco, alcohol o drogas que llevan a un crecimiento lento y retrasado, una situación que puede remediarse abandonando el hábito dañino que está entorpeciendo el buen desenvolvimiento del bebé.
Foto Vía: Ayushveda