Esta enfermedad descrita por Alois Alzheimer en el año 1907 afecta tanto a mujeres como a hombres por encima de los 60 años de edad normalmente, aunque también puede ponerse de manifiesto entre los 40 y los 50 años.
La enfermedad de Alzheimer
En el momento en que aparecen algunos de los siguientes síntomas en una persona y que no forman parte de la etapa de envejecimiento normal de ésta, debe acudirse al médico inmediatamente. Olvidarse de cosas mucho más a menudo de lo que se hacía, tener problemas a la hora de aprender cosas nuevas, repetir frases o historias dentro de una misma conversación, olvidarse de cómo se hace algo que se ha realizado muchas veces o no poder mantener un simple registro de lo que ha ocurrido durante el día, son algunos de los síntomas más importantes que nos pueden indicar que algo no funciona bien.
Los especialistas aseguran que cuentan con una vacuna para luchar contra esta enfermedad y que se encuentra todavía en fase inicial por lo que hasta que se perfeccione, podemos tener en cuenta una serie de medidas naturales para mejorar la salud cerebral, como mantenerse activo socialmente, no fumar, hacer ejercicio regularmente, hacer pasatiempos y por supuesto proporcionar a nuestro cerebro los nutrientes necesarios para que pueda funcionar a pleno rendimiento.
Introducir nuevos alimentos en nuestra dieta para combatir el Alzheimer
Se ha comprobado que los ácidos omega 3 ayudan al cerebro a protegerle contra el Alzheimer por lo que hay que procurar comer pescado tipo caballa, salmón, atún
o trucha al menos dos o tres veces por semana y tomar un suplemento de omega 3 también a diario. Reducir las comidas con grasas saturadas y que contengan colesterol, es importante ya que éstas se encuentran asociadas a un mayor riesgo de padecer esta enfermedad.
Un estudio que se realizó con animales descubrió que existe un ingrediente que se encuentra en la especie cúrcuma, que puede ayudar a reducir la acumulación de placas beta – amiloides en nuestro cerebro. Estas placas se unen a las células nerviosas y consiguen bloquear la capacidad que tienen éstas de comunicarse entre sí.
Todos los antioxidantes en general parece que son muy buenos para la actividad cerebral por lo que es muy conveniente comer diariamente verduras y frutas. Estos antioxidantes funcionan mediante la desactivación de los famosos radicales libres. Gracias a una serie de estudios llevados a cabo recientemente, se ha observado que sobre todo las bayas, como los arándanos y las fresas, mejoran la función cerebral, por lo que están especialmente indicadas para los enfermos de Alzheimer.
Tomar ácido fólico en una media de 400 microgramos diarios en adultos y algo más en mujeres embarazadas y que estén dando el pecho, ha demostrado que combate la pérdida de memoria típica de esta enfermedad. Dietas ricas en verduras como la lechuga y la espinaca o las crucíferas, como el brócoli en particular y en general todas las verduras de hojas verdes, también ayudan a proteger la función cerebral.
La combinación de antioxidantes y de ácido fólico puede ser muy conveniente según los expertos en esta materia.