¿Has oído alguna vez que la clara de huevo no es recomendable para el bebé? Cuando se habla de alergia al huevo, se habla de una reacción que puede sufrir el cuerpo de los niños ante algunas sustancias que se encuentran presentes en la clara. Algo más de del 3% de los niños pueden padecer alergia al huevo durante sus dos primeros años de vida, especialmente entre lo seis y doce meses de vida. Y es que junto a la alergia a la leche, es la más común, pero por suerte, según va aumentando la edad, también aumenta la tolerancia. Pero ¿qué se puede hacer si se siente alergia al huevo?
Detección y síntomas de la alergia al huevo
¿Cómo es posible asegurarse de que realmente los niños sufren alergia al huevo? Si tras la ingesta de este alimento aparecen síntomas como algunas manifestaciones en la piel, como por ejemplo urticaria, es probable que el niño sea alérgico al huevo. También puede aparecer dermatitis atópica, angioedema en el paladar o en la lengua, dolores abdominales, vómitos, náuseas o diarrea así como picor nasal o lagrimeo.
Si presentan algunos de estos síntomas después de comer un huevo se recomienda acudir al alergólogo para que realice un estudio alérgico completo con la realización de pruebas en la piel con huevo y sus fracciones de proteínas, además de otra serie de pruebas cutáneas con otros alimentos sospechosos que hayan podido coincidir en el momento de la ingesta tras la cual aparecieron los síntomas.
Maneras de evitar la alergia la huevo
Si verdaderamente los pequeños sufren alergia al huevo, existen otras maneras de beneficiarse de todos los nutrientes que tiene este alimento sin que los niños salgan perjudicados. Para ello se pueden sustituir los postres y las salsas que se preparan con huevos como los merengues, el ponche de huevo o la mayonesa, por algunos tipos de avena y de arroz que hacen un papel perfecto en dicha sustitución.
A la hora de rebozar, en lugar de usar huevos, se puede sustituir por rebozados de leche y harina con pan rallado. Las tortillas pueden hacerse con harina de garbanzos y con agua, consiguiéndose un resultado exquisito y una tortilla mucho más jugosa y sin ningún tipo de peligro para los niños.
El tofu, conocido por consumirse sobre todo en las dietas vegetarianas, contiene un nivel de proteínas muy parecido al del huevo, por lo que puede emplearse de forma parecida en los platos, por ejemplo a la hora de preparar revueltos.
Por último, dependiendo del grado de alergia que sufra el pequeño, y siempre bajo la aprobación del médico, quien conocerá de primera mano la situación, se puede consumir huevo cocido ya que resulta menos alergénico que el huevo crudo.
En cualquier caso, como se puede comprobar, ser alérgico al huevo no implica poder beneficiarse de las propiedades de este alimento, ya que puede sustituirse por otros con similares o mejores características.