La intolerancia al gluten ya no supone ningún problema a la hora de convivir con esta enfermedad, aunque en el caso de los más pequeños la complejidad aumenta un poco ya que las tentaciones a las que se ven ?sometidas?? son mayores y no siempre llegan a ser conscientes del daño que pueden provocarle esos alimentos que no pueden tolerar.
Una correcta comunicación
En estos casos una buena comunicación entre hijos y padres es lo más saludable, ya que ocultar la enfermedad al niño o no hablar de ella pensando que no puede entenderlo, no va a ayudarle a aprender como convivir con ella ni a entender su condición. Esta comunicación debe hacerse lo antes posible y hacerlo de una manera clara y perfectamente adaptada a la edad del pequeño, intentando siempre responder a todas sus preguntas y aclarar sus dudas.
Tampoco es necesario dejar de comprar alimentos que lleven gluten o esconderlos. Lo mejor es tenerlos en casa y enseñar al niño a distinguir entre aquello que él puede comer y entre lo que no puede comer.
Dieta equilibrada
Una alimentación que no lleve gluten puede resultar igual de saludable y de completa, desde un punto de vista nutricional, siempre y cuando se adapte a las necesidades del pequeño. Para ello es muy importante incluir en ellas proteínas, carbohidratos, fibras, vitaminas, minerales y grasas y siempre utilizar productos frescos.
Es aconsejable que toda la familia coma el mismo menú siempre que esto sea posible. De esta manera se evitará que el niño se sienta excluido o diferente. Hoy en día hay numerosas alternativas que no llevan gluten para preparar deliciosos platos como por ejemplo la pasta, la quinoa o el arroz integral en lugar de usar pasta de trigo o pan durante las comidas.
Involucrar al pequeño en la cocina siempre que sea posible, es una forma muy divertida y diferente para que pueda aprender de primerísima mano todo aquello que puede comer o lo que no puede. Con todos los productos sin gluten que existen en el mercado, se pueden explorar en familia nuevos sabores y recetas para conseguir que sus comidas sean lo más originales y divertidas posibles.
Extremadamente importante resulta avisar a los profesores, a los amigos y a toda la familia sobre esta enfermedad y explicarles lo que podría llegar a ocurrir si no se sigue de una manera correcta la dieta sin gluten. En caso de que el pequeño vaya a comer fuera de casa, puede explicarse a quien se vaya a encargar de él, las diferentes alternativas que existen sin gluten e incluso ofrecer diferentes recetas que se adapten a los gustos del niños.
Esto es una buena idea en caso de que tu hijo coma por ejemplo en el comedor del colegio, se vaya a comer a casa de un amigo o acuda a una fiesta de cumpleaños. Si simplemente vamos a salir en familia a dar una vuelta, se aconseja llevar algún tentempié siempre sin gluten por si resultara complicado encontrar este tipo de alimentos.