Una de las enfermedades más comunes en los niños y que asustan a muchos padres por sus síntomas, es el sarampión que puede prevenirse fácilmente con la administración de las vacunas recomendadas por loso médicos durante la etapa infantil. Causas y síntomas del sarampión
Esta enfermedad contagiosa se propaga muy fácilmente por contacto con la persona infectada a través de la tos o de estornudos, aunque si la persona ha sido vacunada contra ella o ya la ha sufrido con anterioridad, se encontrará inmunizada ante ella, por lo que es muy recomendable vacunar a los pequeños en el momento oportuno para evitar sus efectos. Antes de la aparición de los primeros síntomas, la persona infectada se encuentra durante un período aproximado de 12 días incubándola y es cuando mayor riesgo de contagio existe. Las épocas de mayores epidemias suelen suceder durante los meses de invierno y los de primavera, sin distinción entre niños o niñas.
Los síntomas suelen aparecen transcurridos estos primeros doce días o en ocasiones incluso antes y son características de esta enfermedad la tos, el dolor muscular, fiebre elevada, sobre todos los dos primeros días, dolor de garganta, conjuntivitits, lo que hace que se sientan molestias intensas en los ojos causadas por la luz y por supuesto la erupción cutánea que se inicia en la cara, sobre todo detrás de las orejas y que va extendiéndose por todo el cuerpo durante los tres primeros días, momento en el que comienza a desaparecer la fiebre a la vez que las manchas van haciéndose mayores. Esta erupción produce un gran picor y va acompañada de manchas blancas dentro de la boca del paciente conocidas como manchas de Koplik.
Tratamiento contra el sarampión y complicaciones que puede llegar a producir
Aunque no existe un tratamiento concreto contra esta enfermedad, los síntomas que produce pueden ser aliviados con paracetamol para reducir la fiebre, con reposo en la cama y con inhalaciones de vapor para intentar aliviar la tos. También se aconsejan suplementos de vitamina A para ayudar a combatir la sintomatología normal de esta enfermedad tan típica de los más pequeños de la casa.
En el momento en que se sospecha que nuestro hijo o hija puede estar incubando el sarampión, se debe acudir a la consulta del doctor para evitar complicaciones que pueden derivar en otitis, es decir, una inflamación de los oídos que puede resultar muy molesta y dolorosa, en una neumonía, en una bronquitis e incluso en encefalitis en casos más graves, por eso es tan importante la prevención ante esta enfermedad con la vacunación pertinente en los primeros meses de vida del niño y que debe repetirse a los doce años junto con la de la parotiditis y la de la rubéola y que es conocida como la triple vírica. En cualquier caso, la consulta con el médico de cabecera, que nos informará de las fechas concretas en las que deben ser vacunados, evitará que pueda padecer esta enfermedad en un futuro.