Cómo conseguir que tu hijo coma de todo

Cuando están delante de la comida los niños son bastante especiales, convirtiéndose ese momento en un auténtico infierno porque no les gusta un alimento o la manera en que se ha preparado. Alrededor de los cuatro y los cinco años, es el momento perfecto para acostumbrar al pequeño a comer de todo.

Y es que en la alimentación infantil hay que incluir todo tipo de alimentos repartidos a lo largo de todo el día, con especial atención en el desayuno, pues de este momento depende mayoritariamente el rendimiento del niño cada día.

Aprendizaje

No hay que olvidar que la infancia es un momento para aprender y el niño está iniciándose también en la comida. Existen sabores que va a aceptar rápidamente y otros que va a rechazar, incluso puede suceder que durante una temporada le guste mucho un plato y que más tarde lo aborrezca. No hay que dar demasiada importancia a esto ya que la mayor parte de los alimentos pueden sustituirse por otros que contienen los mismos nutrientes.

Algo distinto es cuando ya son un poco más mayores y rechazan ciertos alimentos como por ejemplo las verduras sin razón aparente. En ese instante sí que hay que ser inflexibles y enseñarles que tienen que comerlo aunque no les guste.

Cómo actuar

Cuando el niño come poco no hay que hacer de ello un drama, puesto que cada uno come lo que necesita y si está creciendo bien, se le ve contento y engorda con normalidad, no va a necesitar comer más. Las cantidades por tanto no tienen que ser un problema si el niño está sano. Al obligarle a comer mayor cantidad solo se va a conseguir que coja a la comida manía y que sentarse a la mesa sea un suplicio para él.

En el caso de que solamente le interesen los refrescos, las chuches o las patatas fritas, lo mejor es no prohibírselo pero sí que se reduzcan en su alimentación, ya que permitirle que de vez en cuando los coma no afectará en su nutrición de manera negativa.

Si solo quiere tomar su plato favorito, no pasa nada. Se puede usar el truco de dárselos pero añadiéndoles otros ingredientes mezclados con ellos como por ejemplo verduras mezcladas con la salsa de los espaguetis.

Rechazarlo porque sí

Puede ser que el niño se niegue a comer algo porque no le entra por los ojos. Presentándoselo de una manera más apetecible, lo va a aceptar mucho mejor. Otras veces puede que lo rechaze simplemente por capricho, por lo que no estaría mal reservárselo hasta la siguiente comida. Es importante, eso sí, entender que existen ciertos alimentos que puede que no le gusten, de hecho a los adultos también nos sucede.

Una dieta perfecta

La dieta de un niño tiene que ser adecuada siempre en calidad y en cantidad.
Deben respetarse las cinco comidas cada día, teniendo también en cuanta las apetencias y los gustos de los pequeños.

El aporte de calorías que debe tener una dieta equilibrada se reparte en un 60% de hidratos de carbono, un 15% de grasas y un 25% de proteínas.

A la hora de elegir los alimentos del niño hay que incluir pocos alimentos que contengan azúcares y grasas.