Con la llegada del buen tiempo lo que más les gusta a los pequeños es chapotear en el agua de la piscina o del mar pero es necesario tomar una serie de medidas para prevenir los accidentes que pueden venir originados por las actividades que se realizan dentro del agua. Toma nota.
1.- Por regla general los accidentes se producen con una mayor frecuencia en las piscinas privadas ya que en un momento dado el niño se puede escapar de nuestro lado y acercarse hasta la piscina sin habernos dado cuenta. Por eso es muy importante vallar la piscina y evitar que entre en ella sin un adulto.
2.- En el momento en que el niño se vaya a meter al agua, además de no perderle de vista, es necesario ponerle flotadores incluso cuando tan solo se encuentre jugando en el borde de la piscina o en la orilla del mar.
3.- Incluso antes de poner la toalla en la arena de la playa o en el césped de la piscina, localiza el lugar donde se encuentre la caseta de los primeros auxilios por si es necesario pedir ayuda en cualquier momento.
4.- Si sois de las personas a las que les gusta hacer excursiones al río, es recomendable evitar aquellos lugares que no se encuentran habilitados ya que aunque pueda parecer en un primer momento que el agua está muy tranquila, pueden existir corrientes que pueden darte algún que otro susto. Además hay que tener en cuenta que en los ríos no hay socorristas y que la profundidad en ellos varía mucho de unos lugares a otros.
5.- Un corte de digestión se produce cuando se realiza ejercicio después de las comidas ya que en estos casos la sangre va hacia los músculos y no hacia el estómago como debería, por lo que es necesario reposar después de haber comido y evitar realizar ningún tipo de ejercicio así como bañarse en agua muy fría. Si se ha comido mucho hay que respetar un tiempo de digestión aproximado de dos horas y luego ir entrando en el agua de una forma progresiva, mojándose primero la nuca y el estómago antes de meterse por completo al agua.
6.- Si al pequeño le gusta bucear mejor que lo haga con unas gafas ya que el cloro y cualquier otro tipo de sustancia desinfectante de las que se añade al agua en las piscinas, pueden irritar sus ojos y favorecer que entren gérmenes en ello provocando infecciones como por ejemplo una conjuntivitis.
7.- El agua también puede provocar una otitis externa al entrar agua con bacterias o virus en el conducto auditivo. Para prevenir esto se debe procurar secar muy bien los oídos de los niños tras los baños.
8.- Con la humedad y el calor los hongos hacen su aparición y proliferan rápidamente sobre todo en las zonas verdes y en las piscinas. Para evitarlos se debe usar siempre unas chanclas para llevar en los lugares públicos como piscinas o duchas y elegir unos zapatos fabricados con un material transpirable.