Como ya se ha comentado en anteriores artículos, la mejor forma de reducir la presión arterial es controlando la dieta y aumentando el ejercicio físico. Pero si aún así no se ha conseguido el resultado deseado, habrá que acudir a la medicina para evitar daños irreversibles en el organismo. Medicamentos para la hipertensión
Nuestro médico de cabecera es la persona más adecuada para indicarnos los pasos necesarios para reducir nuestra hipertensión. En primer lugar nos dará unas pautas a seguir en cuestión de alimentación y de estilo de vida, que si no consiguen los resultados esperados, se deberá acompañar de fármacos que ayuden a regular nuestra tensión arterial.
Normalmente el doctor recurrirá a los medicamentos conocidos bajo el nombre de “inhibidores” que evitan la creación de la angiotensina, responsable de contraer los vasos sanguíneos y de la aldosterona que contiene sodio. Entre este grupo encontramos fármacos como la Ara II que es uno de los mejores inhibidores de estas sustancias.
También es habitual recetar a algunos pacientes con hipertensión, diuréticos que favorecen la eliminación de líquidos y sodio a través de la orina, especialmente indicados para personas que padecen de obesidad. Los calcioantagonistas son unos vasodilatadores que se recetan en casos de hipertensión aguda para pacientes con riesgos de sufrir problemas cardiovasculares. En cualquier caso, siempre se deben consumir bajo recomendación médica.
Aparato Holter
Cuando el problema de hipertensión llega a suponer un grave riesgo para la salud de la persona, a la vez que se inicia un tratamiento con los fármacos adecuados, el doctor puede optar por instalar un aparato electrónico en el cuerpo del paciente, durante las 24 horas del día y en varias jornadas consecutivas, gracias a una banda elástica colocada en la cintura, que va registrando la presión arterial del paciente cada 15 minutos aproximadamente y que permite conocer como influyen las actividades diarias de cada persona en su presión arterial. Para ello se deben ir anotando los resultados obtenidos durante el día y durante la noche, para saber cuando fluctúa la tensión.
También podemos mantener un correcto control de nuestra presión arterial comprando algunos de los aparatos específicos para ello y de venta en farmacias, que por un módico precio, nos mantendrán informados de nuestra salud en cada momento. Con este instrumento, conocido como tensiómetro, debemos tomar la presión arterial durante tres veces seguidas por la mañana y antes del desayuno de igual manera que otras tres veces por las noche y antes de la cena.
Antes de medirnos la temperatura se recomienda no beber alcohol ni fumar y acudir al baño antes de tomarnos la presión. Permanecer al menos cinco minutos sentados y relajados y apoyar el brazo en un lugar horizontal sin ropa que nos apriete la zona donde tenemos instalado el aparato antes de proceder a la medición, hará que el resultado sea de lo más preciso.
En cualquier caso, sea cual sea el tratamiento, sólo funcionará si se sigue con la máxima rigidez, ya que la mayoría de los paciente suelen incumplirlos ya sea por olvido o por dejadez.