El embarazo es sin duda una de las épocas más bonitas de la mujer, pero también la que acarrea un mayor número de problemas a la hora de dormir, de caminar o de sentarse, especialmente cuando ya se está en la recta final. Aprende a evitar muchas de estas molestias tan típicas cambiando algunos de tus hábitos.
Evita las molestias provocadas por una mala postura
Según va creciendo la barriga durante el embarazo, el centro de gravedad se va desplazando hacia abajo y hacia delante, provocando en ocasiones episodios de ciática o de lumbalgias. Además el peso del útero consigue dificultar el retorno venoso y solamente por el hecho de estar bastante tiempo de pie, se favorece tanto la pesadez de piernas como la aparición de varices.
Para ello debes caminar con la espalda muy recta, la tripa hacia dentro y los glúteos duros mientras que se mantiene la cabeza alta y los brazos balanceándose a los lados de una manera rítmica, huyendo de la postura típica de la mujer embarazada que tiende a ir con la tripa hacia delante y con la columna arqueada, con lo que la espalda se curva mucha provocando la aparición de molestias en toda esta zona.
Conviene que se utilicen unos zapatos que tengan un tacón como máximo de unos tres o cuatro centímetros y cuando se esté en casa, andar con unos calcetines o incluso descalza, de esta manera se trabajan los músculos situados en la planta del pie y se mejora la circulación.
Tumbada
La mejor postura para dormir cuando se está embarazada es de costado y si puede ser sobre el lado izquierdo. Para estar más cómoda se puede colocar una almohada entre las piernas.
No se debe dormir boca arriba y con las piernas extendidas ya que aumenta el arco lumbar así como las molestias de espada. Dormir boca abajo solo se podrá hacer hasta que el volumen de la tripa lo permita.
Si se quiere estar tumbada boca arriba para por ejemplo tomar el sol o leer, se deben flexionar las rodillas y ponerse un almohadón debajo para conseguir que la espalda esté lo más recta posible.
Para levantarse de la cama
Si se ha dormido como se aconseja es decir, sobre el lado izquierdo, a la hora de levantarse se debe apoyar el codo izquierdo y hacer fuerza con la mano derecha en el colchón para incorporarse. A la vez hay que ir sacando las piernas del colchón hasta quedarse sentada sobre la cama con las piernas ya fuera para tocar el suelo y desde ahí, poder levantarse.
Si se ha estado tumbada boca arriba no hay que levantarse frontalmente ya que se sobrecargaría en exceso la zona lumbar y se aumentaría el riesgo de padecer un dolor de espalda o ciática.
Para agacharse
Se deben flexionar las rodillas a la vez que separar las piernas ligeramente y siempre con la espalda recta y haciéndolo muy lentamente, evitando arquear la espalda o manteniendo las piernas rectas.
A la hora de sentarte
Para mantener la espalda recta eleva los glúteos hasta el final del lugar donde te vayas a sentar. Si se nota que la parte de la zona lumbar no está bien apoyada, se puede utilizar un almohadón. Se pueden colocar las piernas algo más elevadas sobre una silla o sobre un cojín.
Hay que evitar los asientos que sean demasiado blandos ya que es posible hundirse, además de no favorecer la posición de la espalda y de que costará mucho más esfuerzo levantarse.