El estreñimiento en un bebé es bastante frecuente y también muy molesto, pero siempre y cuando no sea algo habitual, no hay de qué preocuparse
Causas del estreñimiento
Resulta bastante difícil precisar solamente una causa por la que un bebé puede estar estreñido. Falta de hidratación, cualquier tipo de cambio en su alimentación o simplemente un resfriado, pueden llegar a hacer que el pequeño se estriña. Pero lo que sí se ha podido demostrar es que aquellos bebés que toman el pecho sí que tienen posibilidades menores de sufrirlo puesto que la leche de la madre se digiere con mucha mayor facilidad que cualquier fórmula láctea.
Como cada pequeño es completamente diferente la forma más certera de saber si está o no estreñido es fijándose en la consistencia de sus heces no tanto como en su frecuencia. Si estuviera estreñido sus deposiciones serán duras y secas, de lo contrario no. Otro síntoma que puede ayudar a detectar si un bebé está estreñido es si se encuentra dolorido o tenso.
Igualmente el estreñimiento suele provocar incomodidad, falta de apetito y especialmente deposiciones y flatulencias con un olor muy desagradable.
Es muy normal que el estreñimiento de un bebé coincida con cualquier tipo de cambio en su alimentación ya que su pequeño sistema digestivo tiene que aprender a digerir sustancias nuevas como las que incluyen los cereales o las leches de sustitución.
Cuando un bebé está estreñido es normal que sienta dolor al expulsar sus heces por lo que de manera inconsciente detienen sus movimientos intestinales provocando que continúe el estreñimiento.
Consejos para evitar el estreñimiento
Si el bebé toma el biberón se puede optar por darle entre las tomas un poquito de agua hervida pero nunca se debe diluir la leche de fórmula con más agua para intentar suavizarla.
Si se utiliza una fórmula láctea hay que asegurarse que las proporciones utilizadas son las correctas, es decir, por cada cazo de leche en polvo se debe utilizar 30 ml. de agua.
Se puede utilizar un poco de aceite especial para bebés para masajear muy suavemente su tripita con movimientos que simulen los que hacen las agujas de un reloj. Hay que asegurarse que el bebé se encuentra contento y relajado con este masaje ya que si se encuentra incómodo, será mejor dejarlo para otro momento.
Una solución bastante efectiva suele ser la de realizar con sus piernecitas movimientos de pedaleo como si estuviera montando en una bicicleta. De esta manera se ayuda a eliminar cualquier tipo de obstrucción en los intestinos.
Un baño calentito también puede servir de bastante ayuda para sus movimientos intestinales. Cuando el baño se termine y el bebé ya esté seco, se debe poner un poco de vaselina o de crema alrededor del ano para calmarle el dolor que pudiera tener y evitar que aparezcan irritaciones.
Es recomendable la utilización de ciertas fórmulas lácteas que ya se encuentran elaboradas con fibras prebióticas que contribuyen a reblandecer las heces de los bebés y por consiguiente a prevenir y combatir el estreñimiento en éstos.