A los niños les gustan muchisimo las chucherías y los chocolates, debemos enseñarles a dosificarse cuando las compran o cuando se las regalan.
A todos los niños les encantan las chucherías y siempre encuentran una ocasión para comprarlas o pedirnos que lo hagamos nosotros. La verdad es que hay muy poca gente a la que no le gusten, incluso entre los adultos encontramos muchos adictos.
Es bueno dosificar la ingesta de dulces y saber que no siempre hay motivos para comerlas indiscriminadamente. Sabemos que las golosinas no son necesarias en la dieta, y que producen muchos problemas en los dientes, estos son algunos de los motivos por los que debemos educar a nuestros hijos, también en este aspecto.
En primer lugar para que sean personas austeras y no se dejen llevar de los caprichos. No siempre existen motivos a diario, para comprar gominolas u otros productos similares. Debemos evitar introducir en ellos, la costumbre de comprarles al salir del colegio, o al ir, una bolsa de chucherías. No puede ser el arma para que se contenten, ni la compensación a algo que deben hacer sin recompensa. Por ejemplo no podemos decir, si no gritas te compro esto o lo otro.
Las chuches son algo esporádico no pueden formar parte habitual de la dieta. Tampoco es un elemento para tomar con las comidas. Tienen su carácter de festivo, complemento ideal de un cumpleaños, premio a algo; pero si gastamos el recurso ¿qué elementos nos quedan para sorprenderles en ocasiones que realmente son especiales? Necesitaremos entonces hacer gastos mucho mayores porque no les hemos enseñado a valorar los pequeños detalles, y cada vez nos pondremos más difícil el reto de ilusionarles con cosas cada vez más caras.
Además si queremos inculcar en nuestros hijos la capacidad de ahorro, también en esto se va el dinero y ellos deben relacionarlo. Por ejemplo, si alguien les da una propina hay que tratar de que no se gasten todo el dinero que les dan, es bueno enseñarles a medirse y a guardar algo. En la vida hay que aprender a disfrutar pero también a hacer previsiones. Ayudarles en ese momento complicado en el que tienen toda la tienda de chucherías delante de si y se lo llevarían todo, en ese momento tienen que saber mirar sin querer poseer todo, sino aprender a mirar para elegir. Así adquirirán muchos hábitos y podrán madurar en su capacidad de elección, y se evitará crear personalidades que compran compulsivamente. A veces se ve salir de las tiendas de golosinas niños con bolsas que no van a ser capaces de comer. Ellos no saben dosificarse, somos nosotros los que tenemos que enseñarles a saber medirse. Nuestros consejos y nuestra manera de actuar les ayudarán a saber las pautas de comportamiento.
También les debemos enseñar a compartir cuando les regalan chucherías, es lo que más les cuesta dar, aunque ellos no sean capaces de comérselas todas en ese momento. Pero es un buen entrenamiento para la vida, aprender a compartir desde pequeños.
Una de las indigestiones más comunes en los niños, es la de dulces. El consumo de chucherías siempre ha de estar controlado por un adulto.