Sufrir ciática en el embarazo es algo bastante común debido a los cambios sufridos durante la gestación. Por desgracia no es posible completamente evitar que aparezca, pero sí que se pueden llevar algunas medidas a cabo para intentar que afecte en la menor medida posible.
Qué es la ciática
La ciática es, en términos médicos, un conjunto de dolencias que se encuentran asociadas a la raíz nerviosa o al nervio ciático situado en la parte baja de la espalda. Durante el embarazo este dolor suele ser debido a la opresión de uno o más nervios ubicados en la zona baja de la columna vertebral.
Cuando se tiene una afección en este nervio se suele sentir algo parecido a una corriente eléctrica que oprime la zona de la espalda baja y que va acompañada de una sensación de quemazón muy fuerte. Después de estos síntomas, va apareciendo una pérdida gradual de movilidad y de fuerza.
En el embarazo este trastorno suele aparecer a partir del cuarto mes, debido a que el bebé empieza a crecer más rápidamente y hay que buscar toda clase de posiciones extrañas a la hora de acostarse y sentarse.
Diagnóstico
Si se han tenido problemas en la columna vertebral antes de un embarazo, lo más aconsejable es acudir al doctor para evitar molestias futuras. Es muy importante recurrir a una exploración médica donde la primera prueba a realizar será la de sensibilidad, haciendo una comparación entre la zona sana del cuerpo y la afectada, así se puede evaluar la cantidad de dolor que se gesta en el nervio ciático y de cuánto ha podido afectar al sistema motriz.
Otro examen que hay que realizar para un diagnóstico correcto de la ciática, es el de reflejos tendinosos. Con esta prueba se diagnostican los daños que ha podido provocar la ciática en zonas del cuerpo más extensas, como por ejemplo, desde las caderas hasta los pies. Durante esta exploración, el médico va a golpear los tendones suavemente. Si éstos al ser golpeados presentan unos reflejos lentos, significará que se han provocado daños graves pero si se contraen sin problemas, se pueden corregir perfectamente las afecciones del nervio ciático.
Por último hay que realizar la prueba conocida como Maniobra de Lasegue. En ella habrá que recostarse boca arriba e ir subiendo la pierna afectada de manera gradual hasta alcanzar los 90 grados. Si no se puede alcanzar esta altura y existe dolor, el doctor tendrá que verificar las zonas afectadas para recetar el medicamento y la terapia física necesaria.
Tratamiento
El tratamiento a seguir dependerá del dolor que se sienta. Si éste es muy persistente y llega hasta los talones, es aconsejable meterse en la bañera con agua bien caliente y al salir realizar un masaje con un poco de aceite de tomillo en la zona dolorida.
También es aconsejable realizar movimientos de manera continua para evitar que el peso del cuerpo recaiga sobre el nervio ciático. El calzado también es muy importante y durante el embarazo es primordial elegir unos zapatos que sean cómodos para evitar así la inflamación de los tendones que conectan de manera directa con el nervio ciático.