Las constantes disputas diarias que generalmente ocurren entre los hermanos es una situación que altera claramente la paz y convivencia familiar, con padres que llegado un momento ya no saben como terminar con este problema y las preguntas que se hacen son varias como ¿Qué actitud tomar frente a estas rivalidades? ¿Existe alguna solución para estos celos? ¿Debemos dejar a los niños que resuelvan sus conflictos?
En realidad, no existen fórmulas infalibles para este tipo de conflictos ya que pueden ser variados los hechos que motivan la rivalidad entre hermanos, que a pesar de existir un sentimiento de amor del uno hacia el otro, sus actitudes parecen demostrar todo lo contrario.
Fraternidad y celos van de la mano y en algunos oportunidades estos mismos llevan a los hermanos a una pelea como principal consecuencia del conflicto que a simple vista parece no existir. Pero ¿Cómo nacen estos celos y de qué forma tratar de atenuar sus consecuencias? Puede quizás descubrirse ya que por lo general comienzan con la llegada del último bebé a casa, que pasará a integrar la familia.
En la mayoría de los casos el hermano mayor está convencido que la llegada de ese niño le hará perder su lugar dentro del núcleo familiar y así grita y comienza a rebelarse ante lo que él considera como una verdadera injusticia, comenzando así una pelea.
Cuando estas peleas y discusiones se hacen constantes y los enfrentamientos se dan a diario algunos padres intentan como primera solución el prohibir las disputas tratando de devolver al hogar la paz sin importar el costo. Sin embargo, la mayor parte de los especialistas en estos temas opinan que este tipo de conductas si se saben llevar bien pueden beneficiar a los niños en vez de perjudicarlos.
En realidad, los celos son sentimientos necesarios ya que les permiten a los pequeños afirmar su personalidad y también les enseñan a socializarse ya que a través de las peleas los niños aprenden a desarrollar sus competencias individuales para posteriormente en realidad los hermanos se querrán más y aceptarán cada uno su personalidad y cualidades distintas.
Los padres en realidad, deben tratar de compartir actividades específicas con cada hijo ya que así se evitará que alguno de ellos se sienta menospreciado al realizar el padre o la madre una actividad solo con él esto le ayudará a adquirir una identidad propia.
Sin embargo, a pesar de realizar estas actividades individuales también deben hacerse cosas en familia que logrará la integración de los niños. Los especialistas también afirman que teniendo en cuenta las diferentes personalidades, cada uno de los niños deberá ser educado de una forma diferente encontrando siempre un equilibrio y esta tarea es siempre de los adultos.
Ahora bien, si los conflictos entre hermanos se transforman en una constante los padres pueden intentar solucionar esta situación haciendo ver las cualidades que cada uno de ellos tiene y jamás caer en las comparaciones ya que esto no es bueno y puede convertirse en una actitud obsesiva.
Mantenerse un poco al margen de las peleas puede también ser necesario ya que esto les demuestra a los hijos algunos principios básicos de la vida en sociedad como el compromiso y la ayuda mutua, un proceso difícil pero que a la larga se transformará en un hecho constructivo.
Sin embargo, no deben olvidar los padres que los celos a pesar de ser un sentimiento normal no son positivos sino que muchas veces les causan sufrimiento a los niños y tienen la percepción de sentirse menos queridos, y tomar actitudes de aislamiento una señal a la que debe prestarse atención ya que puede generar comportamientos agresivos y problemas en otros ámbitos de sus vidas.
En definitiva lograr el equilibrio es el ideal y los padres tienen la posibilidad de explicar a sus hijos que el amor es un sentimiento que puede multiplicarse en vez de dividirse. Ser celoso está bien cuando se tiene una medida ya que exacerbado este sentimiento solo causa dolor y sufrimiento.
Foto Vía:Newsmomsneed