La lactancia materna es una etapa primordial para el desarrollo del bebé, además es vital para su óptima salud y alimentación. Crea también vínculos entre madre e hijo que los van a acompañar el resto de sus vidas. Pero por otro lado existen contratiempos que impiden o dificultan que la lactancia materna se lleve a cabo adecuadamente. Por ambos motivos, a continuación se presenta todo lo que se debe saber sobre la lactancia materna. Se suele hablar mucho sobre los beneficios que este acto de lactancia trae consigo, hasta se brindan consejos para mejorar la interacción de ambas partes, así como información de las consecuencias nutricionales, de salud y emocionales al no brindar el pecho al bebé.
No obstante, aunque se reprime mucho a las mujeres que no comparten esta etapa con sus hijos, no siempre es por elección o un acto de egoísmo; de hecho, en ciertas ocasiones, la propia naturaleza no funciona como debería ser, llámese a esto anomalías físicas, nacimientos prematuros, enfermedades o tratamientos, e incluso adopción, siendo estos algunos de los obstáculos a los que una madre podría enfrentarse. Igualmente, cabe agregar, existen numerosos métodos que pueden ayudar a que esta etapa se cumpla de la forma más apegada posible a lo natural.
Cuando la madre padece alguna enfermedad como varicela, sífilis, VIH, etc., está completamente contraindicado dar pecho al recién nacido, igualmente que cuando la madre se encuentra sometida a algún tratamiento a largo plazo con antibióticos.
En casos como los anteriores, lo mejor será eliminar por completo la producción de leche desde el parto, y hablar con el médico para buscar la mejor manera de sustituir la lactancia, como mediante la prescripción de una fórmula completa que sustituya las necesidades alimenticias de un recién nacido.
Cuando el problema es externo, por ejemplo cuando la madre trabaja o se tiene dolor al dar de lactar, o cuando el pequeño tiene el paladar hendido, el frenillo corto, labio leporino o demás problemas para succionar, la mejor opción suele ser utilizar un saca leche.
Retirar la leche del seno con la ayuda de un aparato especial, no sólo da alivio a la madre, sino además se puede estar segura que el bebé sigue siendo alimentado con la leche que necesita, la materna, aún cuando no sea directamente del seno. Para ello la buena refrigeración es esencial, así se pueden conservar las propiedades fundamentales de la leche materna, debiendo ser lo más fresca posible, y extraída paulatinamente a lo largo del día para las distintas tomas diarias del bebé.
Si el bebé es adoptado, se puede optar por conseguir una buena fórmula láctea o investigar sobre los bancos de leche materna en la región. Igualmente, sea cual sea la razón por la cual no se puede lactar debidamente al bebé, se debe recordar que la salud y el bienestar del recién nacido como el principal motivo para encontrar una vía alternativa.
Si bien la lactancia establece un vínculo muy importante entra la madre y el hijo, no es la única forma de crearlo. Abrazar al bebé, cantarle, mirarle a los ojos, hablarle, pegarlo al pecho y mecerlo tal como se hiciera al darle el pecho, son sólo algunos de los actos que fortalecen el vínculo sin estar condicionados al momento de la alimentación. Lo que hace a una madre demostrar el amor hacia el bebé, no se basa sólo en la capacidad de darle el seno, sino que se basa además en la atención que se le preste a lo largo de su desarrollo, acudiendo ante las necesidades, calmando su llanto y amándolo sobre todas las cosas.