Generalmente la presencia de una mascota en el hogar es recomendable para cualquier niño, pero deben tomarse ciertos recaudos cuando la mascota ya existía en la casa y posteriormente llega el nuevo integrante de la familia.
La mayoría de los padres, ante la inminente llegada del bebé a casa, se sienten preocupados pensando cuál será la reacción de la mascota ante este cambio tan importante en el ambiente familiar.
Así, existen diferentes cosas a tener en cuenta como la higiene, los celos de la mascota y si esto puede generarle actitudes de ataque hacia el bebé. Todo esto muchas veces hace que los padres del bebé piensen en la conveniencia de retirar a la mascota del hogar.
Sin embargo, será necesario evaluar muy bien la situación sobre todo teniendo en cuenta que las mascotas tienen efectos muy beneficiosos para el desarrollo del niño. Así, cuando se decide que la mascota seguirá viviendo en el hogar deberán tomarse algunas precauciones para que exista una relación de afecto y sin celos de por medio sobre todo cuando se trata de un perro o un gato que son los que más acceso pueden tener al bebé.
La mayor parte de los especialistas señalan que es beneficiosa la presencia de un perro en casa, no tanto así el gato que es menos cariñoso y por lo general toma una actitud de ignorar al recién llegado. Con el fin de evitar que se produzcan problemas de convivencia en primer lugar y antes de la llegada del bebé al hogar se deberá llevar al animal a una consulta para chequear que sus vacunas se encuentren al día y si es necesario desparasitarlo.
Lo aconsejable es no dejar a la mascota a solas con el bebé, para evitar un posible ataque.
La llegada del nuevo integrante de la familia despertará la curiosidad del animal, algo totalmente natural y hará su investigación sobre esa nueva presencia oliendo todo y queriendo ver al bebé, es necesario dejar que lo haga pero siempre vigilando que no pueda dañar al niño.
Es fundamental que los adultos actúen de una mera relajada para no transmitirle excitación a la mascota. La mascota también puede sentirse celosa del bebé y por ello será necesario que siempre uno de los miembros de la familia le de la misma atención que se le daba antes.
Seguir también con aquellas rutinas que eran comunes como jugar, sacarlo a pasear o entregarle algún premio o golosina. Es necesario evitar que los celos se apoderen de la mascota, algo que sucede con frecuencia cuando por la llegada del bebé los miembros de la familia se olvidan de ella y esto la vuelve ansiosa.
Luego y a medida que el niño crece será necesario también enseñarle al pequeño ciertas reglas básicas de convivencia para evitar que pueda tener actitudes que hagan que la mascota se vuelva agresiva.
Obviamente, que los primeros años son los más difíciles para la convivencia entre el bebé y la mascota, por ello deberá hacerse todo un trabajo de educación dirigido al niño para que aprenda como tratar a la mascota, como por ejemplo que no la moleste cuando está comiendo o cuando duerme.
La mascota y el niño pueden llegar a formar con el tiempo un buen equipo donde el cariño y compañerismo los hará inseparables.
Foto Vía: petscouldtalk