En muchas ocasiones pasamos malas noches por culpa de los ronquidos de nuestros hijos o peor aún, porque dejan de respirar durante unos segundos mientras están durmiendo y eso nos inquieta en exceso. Este trastorno es mucho más habitual de lo que se pueda llegar a pensar y puede ser incluso peligroso.
¿En qué consiste exactamente la apnea infantil?
La apnea es un trastorno mediante el cual, el pequeño deja de respirar durante la noche algunos segundos, concretamente el tiempo que duran dos ciclos respiratorios y la severidad de esta enfermedad se valora según el número de veces que se producen estas paradas y de la obstrucción de la garganta.
Son tres tipos de apneas las que existen: la central que es en la que no existe un esfuerzo respiratorio; la obstructiva que es la más común entre los pequeños y en la cual existe un esfuerzo respiratorio pero no un flujo de aire, ya que la vía alta está cerrada y la mixta, en la que en un principio no existe un esfuerzo respiratorio pero que aparece más tarde.
Existen algunos factores de riesgo como puede ser la obesidad, enfermedades del sistema nervioso o anomalías en la cara o en el cráneo, como por ejemplo las vegetaciones, que influyen a la hora de padecer este tipo de trastorno, aunque en general la apnea hace su aparición cuando inciden varias anomalías como por ejemplo que la faringe tenga unos músculos más débiles de lo normal o una lengua demasiado grande, al igual que un tejido del paladar muy grueso o una desviación del tabique nasal. Pero sin duda, en los más pequeños, las vegetaciones suelen ser la causa más común de la apnea infantil y que se producen por las glándulas conocidas como adenoides, con las que todo el mundo cuenta en el momento de su nacimiento y que forman parte del sistema inmunológico de los niños durante su infancia. Estas glándulas están situadas justo detrás del paladar y aumentan de tamaño durante los primeros años de los niños debido a las diferentes infecciones que se sufren durante esta etapa y en la adolescencia llegan a desaparecer por completo. Pero el problema aparece cuando crecen fuera de lo normal y provocan trastornos en el sueño.
Consecuencias de la apnea infantil
No existe una edad concreta en la que aparezca la apnea del sueño pero los especialistas coinciden en afirmar que entre los dos y los seis años de edad, es cuando se tienen mayores probabilidades de que asome este trastorno. Su aparición acarrea una serie de consecuencias como irritabilidad, cambios de humor y dificultad para concentrarse, así como un retraso en la talla y en el peso de los pequeños junto con problemas de comportamiento y de aprendizaje. Más a largo plazo puede producirse un aumento a la hora de padecer enfermedades de tipo cardiovascular como hiperglucemia e hipertensión arterial, así como infartos de cerebro o de corazón.
Por eso es sumamente importante acudir al médico cuando exista la más mínima sospecha de que nuestro hijo padece apnea ya que además puede agravar y empeorar otras enfermedades que ya existan, como rinitis alérgica o asma e incluso puede complicarse más aún si la apnea la sufren niños que tengan problemas cuya base sea neurológica o neuromuscular, niños prematuros o con problemas óseos o los que padezcan un exceso de peso.