Según las estadísticas un 13% de los niños que nace en Estados Unidos lo hace antes que se cumplan los nueve meses de embarazo, en tanto que en Europa este porcentaje sufre variaciones dependiendo del país pero aumenta cada año por diferentes factores.
Algunos partos prematuros se producen espontáneamente, otros por indicación médica o porque se produce la ruptura de las membranas. Se ha comprobado además que la raza también es un factor determinante.
Así, las mujeres de raza negra tienen alumbramientos prematuros hasta tres veces más que las mujeres de raza blanca. Con el agravante que las gestantes de raza negra tienen mayores posibilidades de un parto prematuro que se produce antes de la semana 28.
El parto prematuro es la principal causa de muerte durante el primer mes de vida del bebé y por ello el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha realizado investigaciones dirigidas a evitar esto, trabajando en un anillo de silicona que evitaría la prematuridad.
Se trata de un objeto que tiene por finalidad envolver el cuello del útero y con ello disminuir los nacimiento antes de la semana número treinta y cuatro. Esto se ha manifestado en los resultados que han surgido de un estudio realizado por este hospital de Barcelona.
Este “pesario de silicona” es de muy sencilla implantación, siendo también fácil su extracción posterior ya que no es necesaria una intervención quirúrgica porque se introduce por vía vaginal durante el segundo trimestre del embarazo. Se recomienda el uso de este dispositivo en mujeres que tienen un cuello uterino corto, menor de 25 milímetros, que trae aparejado un riesgo mayor de sufrir un parto prematuro.
El dispositivo fue inventado por un médico de origen alemán que se dedicaba a diseñar pesarios utilizados para los problemas de prolapsos vaginales de vejiga. Cuando diseñó este dispositivo en especial su hija realizó un estudio que fue publicado durante el año 2003. Posteriormente, el anillo fue objeto de investigación por el Hospital Vall d’Hebron.
De esta investigación participaron 380 mujeres embarazadas que corrían riesgo de un parto prematuro. La mitad de ellas utilizaron el pesario cervical y la otra mitad solo hicieron el seguimiento médico tradicional sin el uso del anillo. El resultado fue que un 30% de las embarazadas con pesario pudieron retrasar el alumbramiento hasta llegar a la semana 34 de gestación, respecto a un 6% de reducción entre las que no llevaban el dispositivo.
Entre aquellas mujeres que no lo llevaban, el 26 % tuvieron a su bebé antes de las 34 semanas, lo que da como resultado un 75% de diferencia. El pesario, es introducido por la vagina para luego se desplegado en la matriz, actuando como un tapón y evitando que el feto se oriente hacia la vagina obligándolo a que recupere su posición normal.A la semana 37 de gestación, el anillo se retira por la vagina para que la mujer pueda dar a luz con normalidad.
Este estudio fue elaborado y desarrollado por la unidad de salud materno fetal de Vall d’Hebron participando también en él otros cinco hospitales españoles, con financiación del Instituto Carlos III siendo publicado en la revista médica británica The Lancet y es toda una esperanza para evitar un grave problema que afecta la vida y la salud de muchos bebés.
Foto vía:diariodeleon