Muchos y muy diferentes estudios han demostrado que el consumo de diferentes bebidas que contengan alcohol durante el embarazo pueden llegar a interferir en el desarrollo de nuestro bebé, por lo que es necesario que se evite el consumo de esta sustancia durante el período de gestación.
Consumo de alcohol durante el embarazo
El alcohol puede encontrarse en algunas bebidas en una mayor o menor concentración. Esta molécula se mueve con suma facilidad a través de nuestras membranas celulares, llegando a equilibrarse con mucha rapidez entre nuestros tejidos y nuestra sangre lo que produce una toxicidad en las células de una manera muy directa. Una vez se ha consumido, tan sólo un 2% se llega a eliminar a través de nuestros pulmones, del sudor y de la orina, permaneciendo el resto en nuestro hígado, provocando el acetaldehído, que es el directo responsable de las lesiones que reproducen en nuestros tejidos, sobre todo en el hígado y en el cerebro.
Un consumo de alcohol durante el embarazo, aunque sea en pequeñas cantidades, puede llegar a transferirse rápidamente por medio de la placenta a nuestro bebé lo que puede conllevar consecuencias muy graves en su desarrollo.
Efectos negativos del alcohol sobre el niño
Durante el primer trimestre, el alcohol puede llegar a provocar lesiones tanto en el cerebro como en el sistema cardiovascular del feto, así como interferir en su desarrollo, aparte de las malformaciones que pueden tener lugar en su esqueleto o en sus extremidades o incluso defectos de tipo visual.
El “síndrome del alcohólico fetal” se produce con el conjunto de todas estas anomalías que de cualquier manera, sólo llegan a producirse con repetidos episodios de un abuso de alcohol.
Durante el segundo y tercer trimestre del embarazo, ya se puede llegar a determinar un cierto retraso en el crecimiento normal del feto, de igual manera que ciertos daños en el sistema nervioso del bebé o ciertos trastornos de sus funciones cognitivas, lo que le predispondrá a sufrir algunos problemas como dificultad para establecer ciertas relaciones sociales, hiperactividad o incluso un retraso mental. De igual manera un consumo excesivo de alcohol durante el embarazo puede desencadenar en un parto prematuro.
Son muchos los estudios realizados sobre esta tema pero aún así todavía no se ha podido determinar la cantidad de alcohol que “debería” ingerir la futura mamá para evitar que su bebé corra ningún tipo de peligro, de igual manera que no se sabe con exactitud el momento exacto del embarazo en el que el consumo de esta sustancia puede resultar menos nociva. Por tanto se puede decir que no existe ningún nivel seguro para consumir alcohol, sobre todo si estamos embarazadas, por lo que es recomendable que en estos casos, no se consuma nada de alcohol en los nueve meses que dura la gestación, ni tampoco durante el período de lactancia.
Tampoco se recomienda si estamos intentando concebir un bebé ya que hasta normalmente la tercera o la cuarta semana, es muy raro que una mujer sepa que está embarazada y es en este período cuando la gestación atraviesa por su momento crucial para el desarrollo del bebé.