A pesar que el recién nacido desarrolla poca actividad durante sus primeros meses de vida y duerme la mayor parte del tiempo, existen los llamados accidentes pediátricos que en algunos casos pueden ser graves.
Entre ellos uno de los más temidos por los padres es la denominada muerte súbita, al que le siguen asfixia, sofocación y aspiración.
El primero es un síndrome que sucede en forma de asfixia neonatal y se trata de muerte accidental debido a la imposibilidad del pequeño de elevar su cabeza, evitando la sofocación que puede ser ocasionada por elementos como la almohada.
Los pediatras recomiendan acostar al bebé boca arriba, evitando colocar objetos como almohadas, cobijas o peluches evitando dejar espacios entre las barandas de la cuna y el propio colchón, además de no colocar al bebé a dormir inmediatamente después de la lactancia, para evitar la aspiración de contenido gástrico.
También las caídas son causa común de lesiones. Será necesario evitar colocar al bebé en lugares peligrosos a una altura considerable y que no estén debidamente protegidos, como también no permitir que niños pequeños manipulen al recién nacido, teniendo en cuenta que a pesar que el bebé no tiene una gran movilidad puede a través de sus escasos movimientos sufrir accidentes.
A partir de los seis meses la movilidad del bebé comienza a ser mayor y también los peligros de accidentes y caídas desde ventanales, escaleras y otros sitios que pueden volverse peligrosos cuando el niño comienza a gatear.
Para evitar este tipo de accidentes será necesario que el bebé se encuentre siempre acompañado ya que no existen lugares seguros para que él permanezca solo, además de colocar protección en ventanas y escaleras.
Los ahogamientos también son causa de accidentes pediátricos que pueden ocurrir en cualquier lugar donde haya agua ya sea una bañera, piscina o en lugares naturales como playas a los cuales el bebé tenga acceso pudiendo ahogarse en aguas con muy poca profundidad.
Bañeras, piscinas, estanques, mar, ríos son los peores enemigos de la vida de un bebé y por ello deben redoblarse los cuidados, usando aparatos de flotación como los que se colocan en sus brazos y en el caso de la bañera jamás dejar solo al niño en lugares como estos donde en segundos puede ocurrir una tragedia.
El caso de las intoxicaciones es algo común en los bebés que en la etapa oral todo llevan a la boca y a medida que su desplazamiento es mayor también aumenta el peligro que pueda tener acceso a sustancias tóxicas.
Lo importante es no dejar al alcance del niño este tipo de productos como detergentes, desinfectantes, venenos para plagas, alimento de animales o fuentes de agua que puedan estar contaminadas. En relación a las quemaduras las que se ven con mayor frecuencia son las que se producen durante el baño por estar demasiado caliente el agua y las lesiones por fuego directo proveniente de fogones, velas y estufas o accidentes en la cocina con agua o aceite hirviendo.
El cuidado y la prevención son dos elementos esenciales para cualquier causa que pueda causar este tipo de accidentes que en todos los casos pueden evitarse con las medidas adecuadas tomadas por los adultos.
Foto vía: Madeformums