Los factores ambientales pueden tener una gran importancia a la hora de desarrollarse el feto y en los primeros años de vida del bebé y se pueden diferenciar entre los factores prenatales, los perinatales y los posnatales.
Factores prenatales. Parte II
Las infecciones maternas durante el embarazo pueden producir un retraso mental debido a que el microorganismo ataca el sistema nervioso central del feto. Algunas de estas infecciones peligrosas son la rubéola, la sífilis, la toxoplasmosis y la toxemia.
El consumo de drogas desde aspirinas, tranquilizantes o antihistamínicos hasta la cocaína o la heroína, producen distintos tipos de anormalidades en el feto.
La exposición a las radiaciones durante los primeros meses de embarazo, si no se produce un aborto espontáneo, puede manifestarse en la presencia de un retraso mental y un crecimiento anormal de los órganos.
Algunos de estos factores son los causantes de tres tipos de deformaciones: la microcefalia, la macrocefalia y la hidrocefalia. Los niños microcefálicos sobresalen por una cabeza notoriamente más pequeña, bastante habilidad física y muscular y moderada o profundamente retrasados. Los macrocefálicos tienen la cabeza mucho más grande de lo normal y además de retraso presentan convulsiones. La hidrocefalia consiste en un aumento de la cantidad de líquido cefalorraquídeo dentro del cerebro; la presión del exceso de líquido causa atrofia de la corteza cerebral.
Factores perinatales.
Durante el parto existen también algunos riesgos potenciales. La anoxia o hipoxia supone un cierto grado de asfixia del bebé al no llegar a los tejidos de su cuerpo las cantidades adecuadas de oxígeno. Si el período de privación de aire es suficientemente largo, puede verse afectado el sistema nervioso central, aunque no necesariamente se produzca retraso mental y quizá sólo un rendimiento más pobre. La anoxia puede producirse por un parto de nalgas o por un parto demasiado lento, entre otros motivos.
La prematuridad, es decir, nacer antes de 37 semanas o pesar menos de 2,5 kilos, produce un mayor índice de mortalidad y mayos susceptibilidad a las lesiones del sistema nervioso central, aunque no necesariamente tenga que ser así.
Factores posnatales.
Tras el nacimiento se detectan los factores hasta aquí señalados algunos más. El problema de la malnutrición no es tanto por una ingesta insuficiente, como por las deficiencias dietéticas específicas que tienen consecuencias neurológicas de diversa magnitud. El hipotiroidismo, debido al déficit de yodo, puede causar cretinismo. El retraso de estos niños es muy grave: no hablan, sufren de enanismo, lengua y cabeza grande, bocio, etc.
Algunas enfermedades infecciosas como la meningitis, la encefalitis y la rubéola, también pueden dar lugar a un retraso mental.
El envenenamiento por plomo y mercurio son dos causas más de lesión cerebral. El envenenamiento por plomo se produce por ciertas pinturas, tintas, tubos y gasolina de los coches; el de mercurio por desperdicios en ríos y lagos, que son ingeridos por los peces y comidos por los humanos.
Los traumatismos que pueden afectar al niño han de ser de gran intensidad, no los ligeros traumatismos que se producen habitualmente. Las causas más frecuentes son los accidentes de coche y lo malos tratos a los niños. La anoxia o asfixia también puede afectar al cerebro del bebé.