El vínculo afectivo, la relajación y el desarrollo de la psicomotricidad del bebé pueden verse altamente beneficiadas a través del masaje infantil, una antigua tradición que desde hace siglos se practica en muchos países orientales y que e la actualidad ha sido redescubierta en las sociedades occidentales.
El masaje infantil convierte también al padre en protagonista de la vida del bebé y tiene un efecto positivo para ambos, donde el amor, las caricias y el afecto se ponen de manifiesto siendo altamente motivador a nivel afectivo y también ayuda a reforzar la salud del niño.
Es excelente para regular y reforzar funciones como las respiratorias siendo de ayuda para el aumento de peso sobre todo en los bebés prematuros, activando la circulación y mejorando también su tono muscular, estimulando la formación de calcio y todo el aparato locomotor del pequeño.
El masaje infantil es también un estimulador del sistema nervioso central que ayuda al desarrollo de los sentidos, psicomotricidad y beneficia el sistema inmune del niño incrementando sus defensas.
En muchos casos es recomendado para regular las funciones gastrointestinales ya que soluciona pequeños problemas que puede sufrir el bebé como son los cólicos y el estreñimiento.
A través de este tipo de terapia natural el niño logra relajarse y se reduce su estrés favoreciendo un sueño más reparador.
Para la realización de este masaje debe siempre optarse por un momento donde el ambiente que rodea al bebé se encuentre tranquilo, siendo oportuno el momento después del baño.
La temperatura del ambiente debe ser agradable y siempre se comenzará por la zona de la cara y con movimientos suave bajando a partir de la frente hasta llegar a la barbilla, llevando los dedos del centro al exterior.
Luego seguirán los hombros y desde ellos se baja hacia los brazos realizando un masaje con la palma de la mano hasta llegar a las muñecas y sobre las manos del pequeño se harán masajes con el pulgar en forma de círculos.
Para el pecho y el abdomen primero se colocan las manos sobre el tronco y haciendo círculos sobre esa área y siguiendo el sentido de las agujas del reloj se practica un suave masaje.
En piernas se hace igual movimiento que en los brazos para luego descender desde los muslos hasta llegar a los pies que se masajean como las manos.
Por último, en la zona de la espalda se comienza por los hombros hasta los glúteos y con las palmas de las manos abiertas se hacen movimientos suaves siempre partiendo desde la columna hacia los lados.
Si el bebé se encuentra con algún tipo de infección o fiebre no es indicado realizarle un masaje, algo que también es válido para cualquier otra dolencia por la que esté pasando.
Es necesario además tener en cuenta que existen bebés que necesitan adaptarse a este tipo de masajes y por ello puede llevar más tiempo hacerles sentirse bien y relajados.
Un masaje infantil puede ser hecho a partir de la segunda semana de vida del pequeño pero nunca antes de este tiempo.
Foto vía: Tribecaparenting