Con la llegada del verano jugar y nadar en las piscinas, se convierte en el entretenimiento favorito de los más pequeños de la casa, y aunque no podemos negarles ese capricho, debemos garantizar su seguridad. Por eso queremos darte algunas recomendaciones para que estén seguros en la piscina.
Precaución pero sin miedo
Los niños de cinco años o menos son los más propensos a sufrir accidentes puesto que todavía no saben nadar muy bien, y no comprenden los riesgos que conlleva una imprudencia. Los niños más mayores, aunque ya sepan nadar, necesitan que se les dedique unos minutos para que comprendan cuáles son las medidas y las normas preventivas que hay que seguir para estar bien seguros en la piscina. Y es que no tiene ningún sentido prohibirles la entrada a la misma por un trauma o el miedo de los padres. Y si como padres se tiene algún temor que impida una relación sana con la piscina, habrá que tratarlo para no transmitir ese miedo a los hijos.
Con apenas veinte centímetros de agua y en tres minutos, puede suceder un accidente que deje secuelas que no se pueden borrar. Por ello es fundamental seguir unas normas preventivas para que los niños estén seguros en la piscina.
Vigilancia permanente
Jamás hay que dejar a un niño pequeño bañarse solo, ni aunque sepan nadar. Siempre tiene que haber un adulto acompañándole. Una mirada atenta mientras están bañándose o jugando en la piscina, nunca va a ser excesiva. Y el hecho de que se desenvuelvan bien en la piscina y sepan nadar, no es razón para descuidarse, incluso ni con el uso de salvavidas o flotadores. En cambio la atención de los padres sí que garantiza su seguridad.
Uso de flotadores
Es importante elegir el flotador adecuado para los niños dependiendo de su edad y de las habilidades del mismo. Y es que aunque en ocasiones no quieran usarlos, los padres tienen que ser firmes con ello, especialmente si no saben nadar. En cualquier caso, volvemos a decir que no hay que confiarse, puesto que si no son de buena calidad, dejarán de tener la eficacia para la que están pensados.
Educar para prevenir
La conducta que tengan los niños en una piscina siempre va a ser responsabilidad de sus padres, por eso hay que tomar el tiempo necesario para explicarles cuáles son las formas más seguras de comportarse en una piscina y cuáles no lo son. Si no se les enseña, no se puede pedir que ellos las sepan por sí mismos.
Deben saber que no se pueden lanzar al agua sin conocer la profundidad de la piscina por ejemplo. También habrá que explicarse que no deben hacerlo por encima de otros niños y que no se pueden sujetar a ellos cuando estén en el agua, y por supuesto, no tirarse cerca de las escaleras de la piscina.
Igualmente es importante que sepan que si ven a un pequeño que se está ahogando, lo que tienen que hacer es avisar a un adulto rápidamente y no intentar ayudar aunque sepan nadar, ya que no tienen ni la destreza ni la fuerza física para poder rescatar a un pequeño que se encuentre en peligro.