Durante la fase de dentición es muy normal que el bebé se encuentre molesto, pero lo más probable es que no sea la última vez que sufra de dolores en la boca, ya que es normal que a lo lago de la vida una persona se enfrente a uno de los más molestos: el que afecta a la boca. Los niños puede tener dolor de muelas o de dientes por diversas causas además de por la aparición de sus dientes. A continuación vamos a contarte los casos en los que les puede doler la boca y qué hay que hacer en cada uno de ellos.
Posibles causas del dolor de dientes
Si tu hijo se queda de dolor en la boca, debes actuar rápidamente para evitar un dolor que no es necesario y para ello lo primero que tienes que hacer es observar su boca para descartar cualquier otra complicación, ya que no todos los dolores de boa son una emergencia ni es necesario salir corriendo al dentista, ya que algunos pueden ser por causas ajenas a los dientes como por ejemplo un dolor de oído, llagas o sinusitis.
Si el dolor se debe a una muela o diente que se mueve hay que pedir al niño que no esté moviéndolo con la lengua o los dedos ya que provocará el desplazamiento del diente que viene detrás además de producirle más molestia. Si se queja demasiado, se le puede enjuagar con agua templada con sal ya que reduce el dolor y baja la inflamación. También puede aplicarse un poco de agua oxigenada en esa zona con la ayuda de un bastoncillo.
Si el dolor lo provoca un diente nueve que está saliendo, se puede aplicar un gel específico para encías pediátrico, alguna solución tópica o algún medicamento antiinflamatorio o analgésico. Se recomienda mantener distraído al niño para evitar que piense continuamente en el dolor.
Las caries normalmente se pueden contemplar a simple vista, por eso si durante una primera exploración notas que alguna muela o diente de tu hijo ha cambiado de color en relación a los demás, y tiene un tono amarillo, marrón o negro, nos puede indicar que se trate de una posible caries. Hay que pedir cita al dentista para que lo confirme y trate el problema. Hasta que llegue el momento de acudir a la consulta puedes administrarle, como en el caso anterior, algún analgésico o antiinflamatorio, según la recomendación habitual de tu pediatra.
En el caso de que al niño se le haya roto una muela o un diente, sí que es conveniente acudir de urgencias al dentista, a ser posible, con el trozo de diente o de muela que se le haya caído para que el doctor pueda pegarlo de nuevo. Lo más probable es que el mismo dentista recete ibuprofeno al pequeño para evitar el dolor que probablemente le haya quedado después del golpe.